Capítulo 32- La loca y sus mentiras.

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Luisa.

Llegamos a New York hace un día, pero no me parece relevante contarlo, ya que la realidad de es que solo pasamos en la habitación y no me parece prudente contarlo, bueno es que no sea prudente simplemente considero que no hicimos algo que merezca ser contado con lujo de detalles. Opto porque es una mejor idea que me cambie para ir al trabajo de una vez, ya el pequeño descanso estuvo estupendo, pero no puedo seguir alargándolo porque eso sería muy aprovechado de mi parte y no me apetece serlo de ninguna manera, además de que no quiero ocasionar que mi querido novio llegue tarde por mi culpa, a Adam le encanta cumplir con sus horas de llegada a la empresa, nunca ha llegado tarde o al menos es eso lo que yo sé. Voy hacia mi closet para poder escoger un atuendo indicado para el día, aunque no tengo un estilo definido en realidad, pero siempre me gusta innovar sobre mi ropa y debo de admitir que gasto mucho en ropa porque ahora no me contengo de tener todo lo que quiero y no sé si esa sea una buena idea o no.

Opto por un top café sin manga, una falda color beige con una pequeña abertura en forma de triángulo en la pierna derecha, no es que esa abertura sea demasiado grande en realidad es bastante pequeña, pero le da un buen toque a la falda, también saco un bléiser en color beige para que convine bien, me coloco la ropa y las sandalias de tacón en color café y noto que todo está completamente combinado y eso me gusta, además de que el hecho de que la falda sea un tanto corta deja a la vista mis lindas piernas, claro es que pienso que tengo unas piernas fabulosas y no necesito que nadie me lo diga para pensar eso. Camino hacia mi tocador y opto por ponerme una cadena sencilla, unas pulseras y un pequeño anillo todos del mismo conjunto, conservo mi estilo minimalista porque siendo que las cosas grandes no van conmigo, pero debo decir que en alguna ocasión romperé dicha regla porque para todo hay una primera vez.

En cuanto a mi peinado me hago un moño para lucir mi cuello, me hago un maquillaje de diario un tanto sencillo, tomo una bolsa en color café y meto todo lo que voy a utilizar en el trabajo porque no deseo olvidar absolutamente nada, ya que eso puede generarme una pérdida de tiempo innecesaria, aunque siempre está la opción de dejar todo listo una noche antes para no olvidar nada importante. Noto que solo faltan cinco minutos para que nos vayamos y tomo todo lo que falta y salgo de mi habitación a toda prisa, no puedo creer que a pesar de haberme levantando temprano no pude salir antes de la hora establecida para mí, pero eso solo me indica que debo de levantarme aún más temprano, aunque eso suena demasiado imposible para mí. Mi querido novio no me despertó aun sabiendo que podíamos llegar tarde, esto se siente como una traición de su parte, pero no me puedo molestar con esa linda cara así que decido que no es la mejor opción hacerlo, debería de pensar que fue considerado conmigo así que no tengo motivo valido para molestarme.

Llego a la sala y me lo encuentro sentado en el sofá leyendo el periódico ¿Cómo es que se ve tan bien solo haciendo eso? Quizás sea porque es mi novio y siempre lo veo atractivo, aunque si soy sincera si alguien dice que Adam está feo creo que necesita ir hacerse una revisión en los ojos porque decir eso no es nada normal, ya que mi novio es completamente lindo. Tiene los ojos celestes en una tonalidad que asemeja al cielo que es simplemente espectacular, las facciones de su rostro son detalladas y precisas como si de una obra de arte se tratase, el cabello rubio como si los rayos del sol se posaran en el todo el tiempo, un cuerpo simplemente demasiado candente, bien trabajado y absolutamente apetecible a la vista, mi novio es simplemente guapísimo y lo mejor de todo es que es completamente mío. Cierra el periódico y observa su reloj de mano, en eso levanta la vista y se encuentra con la mía reglándome una sonrisa, que bonita sonrisa tiene este hombre.

—Buenos días, cariño—me saluda y su apodo cariñoso me hace sonreír como boba— ¿No desayunaras?

Lo pienso un momento y no es buena idea acabar con el buen récord de mi novio al llegar temprano al trabajo por mi falta de responsabilidad este día con levantarme, no puedo hacer que él llegue tarde por mi culpa. Aunque tampoco es que suene demasiado bien el hecho de no comer en las mañanas porque muchas personas dicen que el desayuno es la comida más importante así que puede ser que este cometiendo un error demasiado grande, pero supongo que en este momento tengo otras cosas en las que ocuparme que claramente no son desayunar y quizás eso sea triste.

Solo por tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora