Capítulo 42 - Los buenos y malos deseos del compromiso

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Luisa.

A pesar de que cuando me enteré de que mi querido novio iba a ir a una supuesta reunión en un lugar de lujo que para nada parecía bueno debo de aceptar que las cosas terminaron bastante bien, aunque siendo sincera llegue al lugar con ganas de matarlo si es que eso hubiera sido posible, no es algo que me enorgullezca, pero no tiene caso mentir al respecto. Pero claro que siendo una mujer sumamente civilizada no podía hacer eso, además de que cabía la posibilidad de que todo fuera un malentendido así que no tenía por qué preocuparme innecesariamente, aunque eso era casi imposible de conseguir, hay que ser realistas las intrigas ya habían sido soltadas y la mente tiende a ser débil. Las cosas estaban hechas correctamente así que su plan cumplió su cometido porque por un momento temí sobre lo que sucedería, aunque estaba siendo positiva.

En mi cabeza siempre estuvo clara la idea de que todo tenía una explicación y que seguramente no pasaba nada malo, pero es de admitir que había ciertas irregularidades que hacían que la desconfianza se apoderara de mi cabeza, lo cierto es que eso no puede ser una excusa porque debía de confiar más, pero todo fue planeado para que las dudas se apoderaran de mí así que tengo una leve salvación que perdona mis fallas al no confiar, aunque no creo que eso me vuelva tan inocente. No me siento del todo bien al saber que por un momento tuve un poco de dudas sobre lo que sucedió con Adam ese día, no es algo de lo que debería de sentirme orgullosa así que siento que debería de disculparme y prometer que nunca volveré a desconfiar, ya que fue un error.

No es que estuviera aferrada a la idea de encontrarme a mi novio con otra mujer porque eso era casi imposible de imaginar para mí en ese momento, pero si desconfiaba de cualquier persona que se le pudiera acercar en esa reunión, es claro que Adam Daft es un hombre sumamente guapo y hay mujeres que tienen límites al desear ciertas cosas entonces es un hecho que tenía mucha molestia y un tanto de temor de que tocaran lo que me pertenece, aunque sé muy bien que las palabras que estoy empleando no son las mejores porque pueden decir que Adam no es de mi propiedad y lo entiendo a la perfección, pero si es un hecho de que cierta parte de mí lo considera suyo porque es mi novio así que esta apartado y soy la única que puede tocarlo imprudentemente.

Lo único que tengo claro de todo esto es que no debo de dudar tanto de la persona que está a mi lado y siempre tengo que esperar una explicación y esa conclusión viene debido a que yo conozco a Adam y sé que no sería capaz de jugar bajo de agua y lastimarme intencionalmente. Aunque también es de admitir que Adam utilizo las palabras pertinentes para hacer que mi cabeza se volviera loca por tantas ideas negativas que surgían, por suerte todo fue una falsa alarma y nada malo sucedió lo que si fue bastante bueno y satisfactorio.

Es claro que yo hablo a base de una relación que siempre ha sido transparente y no ha habido algo que pueda generar la desconfianza en sí, claro que no juzgo a las personas que desconfían de sus parejas porque sus razones han de tener y es un hecho que eso lo digo desde un punto cuando la confianza ya ha sido rota y ha habido una clase de engaño de cualquier de las partes, es ahí cuando se tiene una razón válida para que la desconfianza surja, pero creo que en esos casos lo mejor es irse sin mirar atrás. No es que este del lado de las relaciones toxicas porque pienso que eso es demasiado, pero no soy nadie para juzgar a las personas, aunque es un hecho que tendré mis ideas bien claras sobre algunos temas.

El punto de todo esto es que después de todo mi enojo disminuyo porque las palabras que Adam me dijo frente aquella habitación perfectamente decorada hicieron que cualquier rastro de enojo desapareciera completamente, aunque no iba a quedarme sin mostrar mi molestia por la forma en la que abordo las cosas, en mi mente no quedaba duda que de que pudo hacer las cosas de otra manera, pero supongamos que no tuvo el tiempo suficiente para pensarlo o al menos es lo que quiero creer. Sin duda a pesar del comienzo de la noche de ese día las cosas terminaron bastante bien para mí, una sonrisa se forma en mi rostro y mi mirada va hacia el cielo.

Solo por tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora