Adam.
Lo último que veo antes de que las puertas del elevador se cierren es a Luisa sonriéndome y eso hace que yo también sonría, con ella parece que no me es tan difícil sonreír, quizás solo ella tenga ese don en mí. El elevador sigue subiendo mientras espero a que llegue al penúltimo piso, no tarda mucho y las puertas se abren dejándome ver el rostro de Hugo con una sonrisa plasmada en su rostro, no es que sea tan molesto verlo, pero verlo tan temprano nunca es nada bueno en mis mañanas, pero no puedo evitar esa clase de cosas. Ver su cara tan temprano significa peligro porque nunca se está quieto así que siempre hay un problema que arreglar si se trata de él o a veces simplemente me intercepta por las mañanas porque esta aburrido lo cual si soy completamente sincero es un poco molesto porque se pega a mí de una manera extraña, no me quejo al menos así lo hago trabajar más de lo que ya lo hace. Le doy una leve mirada intentando adivinar que lo trae por aquí tan temprano sabiendo que no le gusta madrugar demasiado.
Debo de admitir que, aunque sea una persona tan pegajosa y con un humor que parece ser irreal es muy bueno en lo que hace, ya que sino fuera así no estaría aquí. Creo que a veces es simplemente imposible concentrarse con tanta facilidad para él.
—Buenos días, Adam—saluda más animado de lo normal— ¿Cómo estás?
Su alegría me hace voltearlo a ver con una cara que no debería poner si no me incomoda, pero es inevitable, ya que esto es demasiado extraño, él no es del tipo que viene a ti si no es que sucede algo que no es tan bueno para ti. Él pretende algo y eso es fácil de notar por su sonrisa que casi escupe arcoíris, es un poco molesto para mi vista, pero supongo que con el tiempo he aprendido a lidiar con eso.
—Buenos días, estoy bien, entonces ¿Qué es lo que quieres decirme?
Voy al grano porque sino esta charla se va a alagarse más de lo que deseo, y siendo sincero no necesito atrasar mi trabajo porque no me gusta trabajar bajo presión en ninguna circunstancia. Él me observa como si lo hubiera herido, solo finge como siempre, a veces me pregunto como es que termine siendo amigo de él cuando somos demasiado opuestos, aunque si soy sincero quizás lo único que me faltaba en la vida era un amigo como Hugo que no veo todo gris en algunos momentos. Él parece que anda lanzado flores todo el día de lo feliz que es y en cambio yo detesto a la mayoría de gente a mi alrededor, y eso solo es porque es agotador tratar con la gente y eso me aburre mucho. Además, de que no soy del tipo que le gusta tener grandes conversaciones con cualquier persona, ya que es cansado y muy molesto a mi parecer.
—Eres un hombre sin sentimientos, Adam, yo que me tomo el tiempo para saludarte recibo toda tu simpleza, eso no me parece justo, pero que se puede esperar de ti si no te tiembla el pulso para lastimar a tu mejor amigo en todo el mundo. Eres muy cruel conmigo.
Pareciera que él es un pequeño conejo y que yo siempre quiero maltratarlo, no es así, pero él casi siempre acaba con la poca paciencia que tengo, parece un niño pequeño que necesita mucha atención, y no sé qué tan bueno esa eso. No es que sea cruel y una persona sin sentimientos, pero no soporto toda su alegría, y al menos soy sincero admitiéndolo, pero siempre trato de no molestarme por cosas estúpidas que no tienen sentidos, quizás solo sea que me volví viejo y que eso parece ser demasiado para mí, es como cuando ves algo como normal, pero luego de un tiempo te es inevitable poner los ojos en blanco por lo ridículo que suena en tu cabeza. Hay un sinfín de formas de comprar nuestra relación y demostrar que somos muy distintos, pero al final lo único cierto es que si terminamos siendo amigos y pues la verdad es que lo aprecio.
—Entonces ¿Qué quieres decirme?
Él me da una mirada que me hace entender que le molesta que ignoré su drama, pero hoy no estoy para soportarlo así que deberá aguantar eso, la mejor forma de corta con un drama es restarle importancia para que vea que no servirá de nada que haga eso. Creo que quiere sacarme los ojos justo en este momento y la verdad es que no puede importarme menos, quizás eso sea demasiado positivo de mi parte, pero no es que espere que lo haga. Yo solo quiero llegar al punto de esta conversación porque está quitando mi tiempo que podría estar utilizando para el trabajo.
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Solo por ti
RomanceAdam es un arquitecto reconocido, todo en su vida está bajo control, él no permite que nada se salga de sus manos porque una vez paso y perdió a alguien importante. Luisa nunca ha tenido control de su vida, siempre ha tenido que vivir como los demás...