Solo por ti

Capítulo 49 -Una despedida silenciosa.

Luisa.

Cuando Adam me dijo que mi madre había tenido algo que ver con mi accidente pensé que era una broma ¿Cómo mi madre había sido capaz de hacer algo como esto? No tengo idea de que pasa por su cabeza, al principio fue una sorpresa caótica que no me permitía creer lo que escuchaba porque no tenía sentido que una madre le hiciera tal cosa horrible a su hija, pero tras el pasar de los segundo un ira se apoderaba de mi cuerpo porque la persona que se supone que debía de amarme es la que más daño me ha causado en toda la vida y ahora me arrebato a un pequeño bebé que pudo haber sido una pequeña mina de felicidad a mi vida, pero como siempre mi madre interfirió en todo lo que puede ser bueno en mi vida.

No quería creer el hecho de que la madre que me toco fue la peor de la vida, pero ahora es un hecho que no se puede ocultar con tanta facilidad, aunque Eleonora Williams va a querer tapar el sol con un dedo, en esta ocasión no quiero quedarme con todo lo que he estado guardando por tanto tiempo, es que ya no lo soporto. No puedo quedarme callada sabiendo que es culpable de la muerte de mi bebé y que seguramente tendrá una excusa estúpida de porque actuó de esa manera, en realidad no quiero escucharla solo deseo que ella escuche todo lo que he guardado.

Cuando era joven me sentía como una cobarde por no poder aguantar todo lo que me hacia mi madre, pero eso no era cierto, en realidad no tenía porque soportar nada de lo que estaba viendo, ya que no era mi deber ser el saco de boxeo y obsesión de mi madre, los hijos no debemos de cargar con las tonterías de nuestros padres, no tenemos por qué soportar su odio, violencia o estupidez en cuanto a nuestro trato. Es un hecho de que yo no debía ser el recuerdo de su amor muerto, yo no tenía porque desempeñar ese papel, al principio estaba bien porque yo no sabia lo que significaba eso, sino más bien creía que era algo bueno debido a que mi madre ya no parecía triste con el pasar de los días, pero ese no era mi trabajo.

Mi único deber cuando era niña era ser feliz, pero lamentablemente nunca se me permitió ser así, era más bien como una muñeca de mi madre que no movía un dedo sino se lo permitían lo cual era un verdadero infierno y lo peor era sonreír, aunque sintiera que todo era demasiado para mí, recordarlo me genera asco e ira no puedo soportarlo en realidad, yo no tenía que aguantar tal trato. Es momento de soltar esta parte tormentosa de mi vida porque no deseo seguir cargando en mi mente con recuerdos que no son para nada agradables para mí, quiero poder ser libres de una buena vez. Quiero ser libre de las cadenas que me han atado a mi madre por tanto tiempo, sé que no podré desaparecer la sangre que me une a ella, pero al menos quiero dejar de lado todo lo que paso en mi infancia.

Entiendo que Adam estuviera reacio al traerme a este lugar y también comprendo que no me entendiera, pero necesito esto, quiero estar al frente de mi madre y saber porque fue así ¿Por qué diablos ella no me amo como debería de haberlo hecho? Es que acaso yo era una carga para ella, en mi mente esta conversación con mi madre la he tenido siento de veces y en todas esas platicas imaginadas ella me da sus razones, claro que no son más que cosas que yo imagino que diría y es un hecho que la realidad no será para nada así, pero supongo que aún soy un poco débil con ella porque que niño no desea el amor de su madre, aunque sea un ser desagradable. No estoy buscando encontrar excusas de mi madre, y tampoco deseo tener una razón para perdonar porque eso no pasara en mucho tiempo, no tengo ánimo ni ganas de perdonarla.

En esta ocasión he llegado a mi limite, ya no necesito el amor de mi madre, no necesito sus razones, no quiero nada de ella, lo único que iré hacer hoy es a decirle todo lo que he querido que escuchara de mí y una vez eso suceda yo me quedaré sin madre porque para mí ella esta muerta desde ese día, y como no sé puede tener un trato con los muertos hoy será el fin de mi tormentosa relación con mi madre, bueno la mujer que desempeño el papel de mi madre el cual le quedo demasiado grande. El auto estaciona donde se encuentra mi madre, y Adam aún parece intranquilo con mi decisión y lo entiendo, pero no hay vuelta atrás.