Luisa
Estoy en el aeropuerto esperando que todo esté listo para poder viajar hacia Italia, cuando Adam me lo dije en serio creí que solo me estaba jugándome una broma para luego arruinar mis ilusiones, pero heme aquí casi lista para subir al jet de la empresa, no fingiré que no me agrada viajar porque sería muy hipócrita de mi parte, además en un viaje de trabajo por lo tanto yo no pagare ni un solo centavo. Es un ganar-ganar, conozco a los clientes y puedo viajar a otro lugar, me parece una cosa demasiado buena así que claro que me gusta, aunque también tengo muy claro que voy a un viaje de negocios es por eso por lo que me comportaré a la altura.
Lo divertido es que nos instalaremos en un hotel de lujo y por primera vez amo que Adam sea como es, gracias a que sus gustos son muy sofisticados podre alojarme en un hotel de lujo y no es que yo no tenga el dinero para hacerlo, pero he preferido la comodidad antes del lujo, yo podría quedarme en una posa o un hostal que no fuera tan caro con tal de sentirme a gusto. Supongo que de eso se tratan los gustos de cada uno, la verdad es que los gustos de Adam son bastante exquisitos. Así que yo disfrutaré alojarme en un hotel de lujo.
Observo mi reloj y son las 8 en punto y Adam aun no llega, me dan ganas de patearlo cuando lo vea, pero debo de recordar que es mi jefe y no puedo hacerle eso y además creo recordar que dijo que pasaría por la casa de su madre antes de venir, según tengo entendido la madre de Adam es muy apegada a sus hijos y no le gusta estar separados de ellos por mucho tiempo y debo de admitir que me gustaría saber el porqué, pero creo que estaría pisando un terreno que no me compete en lo absoluto y no me gusta meterme mucho en las vidas de los demás. Supongo que la madre de Adam debe de ser tan dulce como lo es Leah, esa chica es encantadora, debo de admitirlo.
Me acerco al gran ventanal del aeropuerto y puedo notar mi silueta sin duda alguna no me equivoque al venir con un jean negro, camisa manga larga del mismo color y unas botas a juego, lo único que llevo de otro color es mi abrigo que no podía faltar para que mi look sea bueno, debo de admitir que me encanta verme bien, soy una publirrelacionista y trato con muchas personas importantes no puedo verme mal en ningún momento y eso tampoco quiere decir que deba verme demasiado formal, no voy a perder mi estilo por el trabajo, aunque eso no sonó demasiado profesional de mi parte. Me gusta vestir bien y eso no lo puedo evitar así que seguiré vistiéndome como yo desee.
Bebo mi café y juro que estoy odiando la impuntualidad de Adam, aunque no haya dicho a qué horas debíamos volar, no me gusta esperar mucho a las personas eso me pone de muy mal humor, pero es en este momento donde debo de recordarme que no espero a una persona cualquiera sino a mi jefe. A veces se me olvida que no solo hablo con mi viejo amigo Adam, sino también con mi jefe así que debo de moderar mi lengua por mi propio bien y así no generar malos comentarios ni chismes que no necesito por ningún motivo. Pasan algunos minutos y por fin lo veo entrar, viene vestido todo de negro y con un abrigo de color café, puedo entender la fascinación con Adam es un hombre exitoso y es muy atractivo para la vista de cualquier persona es de estar ciego para no notar que es una belleza de hombre de esos que se vuelven tus amores platónicos por un buen rato y como no si es todo lo que una mujer quiere tener.
Camina hacia mí con una sonrisa en sus labios y eso me hace sonreír a mí también, llega a mi lado y deposita un beso en mi mejilla.
—Llegas tarde—le informo—, pensé que el jefe perfecto no tenía defectos.
Eso lo hace negar mientras sigue sonriendo.
—Mis más humildes disculpas, prometo estar más temprano en otra ocasión—dice en tono de burla—, me halaga que creas que soy el jefe perfecto, Luisa.
Le doy una leve mirada de mala manera, claramente no le dije don perfecto como un halago, pero supongo que no quiere tomarlo como eso.
—Espero así sea, no creas que lo dije como un halago, Adam.
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Solo por ti
RomanceAdam es un arquitecto reconocido, todo en su vida está bajo control, él no permite que nada se salga de sus manos porque una vez paso y perdió a alguien importante. Luisa nunca ha tenido control de su vida, siempre ha tenido que vivir como los demás...