Adam.
Fue hace una semana que por fin pude decirle al mundo que estaba saliendo con una mujer maravillosa, desde un principio yo no deseaba ocultar las cosas porque me gustaba el hecho de que todo el mundo supiera que tenía a una gran mujer al lado, pero las circunstancias nos hacían imposible el hecho de soltarlo, así como si nada porque eso traería consecuencias tarde o temprano, además de las habladurías que nunca faltan por salir en momentos como estos. De mi parte no estoy arrepentirlo de haber aceptado por fin delante de todos que tengo sentimientos fuertes y claros por Luisa, aunque digamos que las cosas no han sido tomadas a bien por muchas personas, cosa que me tiene sin cuidado, pero hay ocasiones en que los comentarios rayan mi poca paciencia. Tengo muy en claro que mi vida no la puedo manejar según las personas desean porque eso sería aburrido.
A veces está bien opinar sobre un tema, pero de una manera lógica y coherente y no con el fin de soltar odio hacia otra persona, mi novia piensa que los comentarios que ha recibido no han sido escuchados por mí, pero lo cierto es que se cada uno de los comentarios maliciosos que se han soltado en contra de ella y debo de admitir que no estoy para nada feliz de haberlos escuchados y si pudiera ser tan controlador ya hubiera hecho una buena depuración de mi empresa, pero me temo que no es así como funcionan las cosas. Esa situación no es algo que pueda dejar ni tomar tan aligera porque simplemente no me lo puedo permitir ni quiero hacerlo, no es que pueda quedarme quieto mientras escucho y veo como cada persona metiche trata de decir cosas que ni siquiera sabe sobre mi novia.
He tomado mis medidas en contra de aquellos que han tenido la lengua más larga de lo debido, debo de admitir que hay dos razones tras mi decisión de sancionar a todo aquel que hable de más, la primera es porque no me agradan para nada los chismes de pasillo porque simplemente son comentarios lanzados al aire sin un mínimo de credibilidad, pero se vuelven gigantes, además de que las personas no toman consciencia de cuán graves son sus comentarios y como afectan a los demás así que no lo voy a tolerar porque no me place hacerlo, segundo es porque es de Luisa quien habla, y no lo hago tanto porque sea mi novia, sino más bien porque están jugando con su credibilidad como profesional y eso no se los voy a permitir porque ella jamás obtuvo su puesto por mí, aunque eso no es algo que les deba de explicar, pero creo que se deben de tomar medidas para detener a los revoltosos que no miden su boca.
También es un hecho que lo que están diciendo no son más que calumnias que pueden llegar a ser un puñal con el tiempo y no pienso dejar que eso siga creciendo. Tampoco es que este completamente feliz de que se crean con el derecho de hablar de mi vida como si tuviera algún tipo de derecho que obviamente no tiene, pero que creen que es así. Es molesto el hecho de darse cuenta de que una persona cree que tiene la capacidad de hablar de mi vida como si le perteneciera y como si yo debiera de quedarme tranquilo escuchando las estupideces que sueltan en mi contra y en la de mi novia. Es una lastima que no tengo la paciencia ni las ganas de tomar las cosas a la ligera sobre este tema.
Disperso mis pensamientos porque hay algo más importante en lo que tengo que pensar en este momento. Llevo imaginando algo por un buen rato, digamos que he tenido una idea en la mente por mucho tiempo, pero nunca he pensado si es lo más lógico hacerlo, no porque tenga dudas sobre mi decisión, sino más bien por si la otra persona está realmente interesada en lo que le diré, digamos que en esta ocasión una pizca de temor que no es nada normal en mí me ha detenido completamente. Supongamos que esto es un gran negocio, pero para que se lleve a cabo esto ambas partes deben de estar decididas a trabajar juntas por un largo tiempo es así como yo no sé si la otra parte está interesada en firmar dicho acuerdo conmigo así que siendo un hombre que sabe de negocios sabe las probabilidades que hay de fallos en cada cosa que hace.
No es que dude de lo que soy capaz, pero cuando se trata de hacer planes o ideas que involucren a otras personas siempre se debe de tener en claro que la mente de los demás es muy impredecible, he de decir que es una gran apuesta a lo inesperado, pero supongo que los humanos siempre nos vamos por la sorpresa de las cosas, no es que sea lo más lógico del mundo, pero en ocasiones nos dejamos ganar por la emoción del momento esperando alegremente que las cosas salgan a la perfección como se espera, así que creo que es la emoción del momento la que me está impulsando a hacer esto sin tener la exactitud de un éxito asegurado. Centro mi atención en el lugar donde me encuentro, digamos que tengo una gran sorpresa que darle a alguien y sinceramente espero que las cosas salgan como espero.
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Solo por ti
RomanceAdam es un arquitecto reconocido, todo en su vida está bajo control, él no permite que nada se salga de sus manos porque una vez paso y perdió a alguien importante. Luisa nunca ha tenido control de su vida, siempre ha tenido que vivir como los demás...