Capítulo 1- Trabajo

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Adam

Estoy en la oficina intentado acabar con la propuesta que debo presentarles a la familia Brown quieren un hotel de lujo en un lugar alejado y es muy difícil cumplir los gustos sofisticados de esa familia ya que creen tener más experiencia que yo en este trabajo. Dicen que el cliente siempre tiene la razón, pero la única verdad es que soy yo quien tiene la razón. No puedo aceptar esta frase tan equivocada porque si me preparé para ser un buen arquitecto y fui el mejor de la clase con que derecho van a venir a decirme que el cliente que no ha estudiado esta carrera es quien tiene la razón, ilógico y patético. Lo siento, pero no puedo aceptarlo.

Es algo que me parece tan absurdo porque soy uno de los mejores arquitectos de New York y mi empresa es una de las mejores en este lugar, eso lo he conseguido a base de mi esfuerzo y no por las influencias de mi madre como muchas personas dicen en las revistas de chismes, es agotador tener que ver como las personas piensan saber más de tu vida que tú mismo, pero bueno se supone que debo de soportarlo.

Trato de no darle mucha importancia a los chismes que se dicen de mí, es por eso por lo que mantengo un perfil bajo para que nadie se inmiscuya en mis asuntos, ya que me parece despreciable que los demás intenten meterse en la vida de los demás, no diré que odio a los periodistas porque es su trabajo, pero no es de mi agrado que quieran saber todo de mí, mi vida no es cualquier cosa como para que todos opinen de ella, además que hay muchas revistas que hacen grande un asunto que no tiene porqué ser importante. Nunca voy a entender porque es tan importante exponer la vida de los demás como si fueran de gran importancia.

Pero volviendo al tema debo de tener los planos listos para hoy a las 3 de la tarde porque tengo que darles una buena presentación para que nos den el proyecto a nosotros y no a nuestra competencia, es un negocio grande y no puedo darme el lujo de perder, este proyecto me traerá a mí y a la empresa más reconocimiento a nivel mundial. Debo aceptar que soy bastante egoísta cuando se trata de mi empresa y de lo bien que quiero que le vaya, en el trabajo soy el mejor y siempre busco los mejores trabajos. Para ser el mejor debo de trabajar con lo mejor, pero tampoco es que desplace propuestas pequeñas porque eso sería estúpido de mi parte.

Termino revisando todo lo que he hecho de nuevo y veo que hay cosas que aún no me convencen de los planos, quito un par de cosas y agrego un par de flores en el lugar, creo que está listo así que realizo la presentación que usare. Llamo a los chicos que ya se habían encargado de las otras partes del proyecto. Trabajo con un equipo para aligerar el trabajo porque realizar una propuesta de un hotel no es nada fácil y se necesitan muchas manos para hacerlo bien, es de admitir que siempre se necesita ayuda.

Cada uno se hace presente en menos de cinco minutos, todos saben que es un negocio importante para esta empresa y la impuntualidad no puede ser parte de nuestro equipo porque lo detesto y es algo que cada empleado de este lugar debe de tener. Hugo es el último en entrar a la sala de juntas, es el único al que le tolero que llegue tarde de la empresa quizás por eso sea mi mejor amigo y socio, básicamente no puedo regañarlo como a mis demás subordinados porque en términos de poder estamos a la par, nos conocimos en la universidad éramos un buen trio de amigos, pero nuestra tercera integrante tomo un rumbo distinto, tengo mucho tiempo sin verla.

—¿Debemos arreglar algo de la presentación o la maqueta que se presentara? —inquiere Annie—, porque para eso ya nos quedaría muy poco tiempo.

Niego. Parece bastante nerviosa por tener que solucionar algunos detalles, pero bueno no la culpo, en ocasiones soy demasiado perfeccionista.

—Ya solucioné las cosas que a mi parecer faltaban—murmuro—, pero deseo que me den su opinión, quizás ustedes puedan notar cosas que yo no.

Pongo la presentación y dejo ver los cambios que he hecho en ella. Me gusta que todos den su opinión sobre su trabajo porque se que son buenos en lo que hacen. Además, no soy tan tonto para creer que solo lo que yo hago está bien porque eso no es la verdad.

Solo por tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora