Narra: David
No puede ser.
Pensé que después de todo lo que le dije se quedaría, soy un idiota. Como pude tomo una ducha y me arregle para ir a la universidad, soy un imbécil, soy tan idiota por pensar que simplemente porque ella me salvo se quedaría conmigo, pensé que si le pedía que se quedara, lo haría. Me regaño mentalmente una y otra vez.
Salgo de mi habitación, caminó hasta la cocina de mala gana, al llegar ahí mi madre está cocinando y mi padre está sentado en el comedor leyendo el diario.
—Buenos días cariño —saluda mi madre, y mi padre al darse cuenta de que estoy ahí levanta la mirada.
—Buenos días hijo —dice mi padre.
—Hola —me limito a decir con fingida tranquilidad, arrastró una silla y para sentarme al lado de mi padre.
Hay tanto que quiero decir, pero me trago mis palabras, estas se vuelven un nudo en mi garganta que paso con un trago de agua.
—¿Hijo pasó algo con Tania? —pregunta mi madre felizmente.
—¿Por qué tendría que haber pasado algo con Tania? —digo más irritado de lo que quería sonar.
—Ayer fuiste a visitarla y llegaste muy tarde por eso pensé que había pasado algo —dice ignorando el tono que use con mi pregunta.
—No ha pasado nada, pero va a pasar, hoy voy a terminar mi relación con ella. —Pongo en palabras lo que hace tiempo debí haber dicho.
Estar a punto de morir al menos me hizo ser sincero conmigo mismo. Me levanto de la silla bajo la mirada atenta de mis padres.
—¿Hijo por qué vas a terminar tu relación con Tania? —pregunta esta vez mi padre, mi madre por lo visto quedó muda.
—Tal vez después les explique —digo con un tono agridulce —No tengo hambre, me voy —añado cuando ya voy caminando a la salida de la casa, solo ver la comida me revolvió el estómago.
Realmente estaba de muy mal humor, el resto del día casi no hable hasta llegada la tarde, me ardía la garganta y mi estómago seguía revuelto.
Son las 5:30 de la tarde y me encuentro en una cafetería esperando a Tania, hace cerca de una hora la llame y la cite en este lugar, solo le dije que tenía algo muy importante que hablar con ella, mientras espero me bebo mi segundo café. Un nudo se está volviendo a formar en mi garganta y el impulso de salir corriendo. Me obligo a seguir sentado en mi lugar, respiro despacio para aplacar mi creciente ansiedad.
Puntual como siempre llega Tania, lleva un vestido azul claro, con flores blancas en la falda que llega hasta las rodillas, me recuerda a una brisa de primavera que arrastra pétalos de flores, también tiene unas sandalias de un tacón mediano, su cabello está suelto perfectamente liso. Todo esto sería más fácil si ella no fuera así... tan... perfecta, ese pensamiento logra hacer que me moleste aún más conmigo mismo.
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Pecado de llamas violetas [MAQUIAVLICA LIBRO I]
FantasyGemma ha estado viviendo de forma despreocupada e irresponsable los últimos 10 años en el mundo demoníaco. Pero ahora, las cosas están a punto de cambiar, el Rey de los demonios ha desaparecido sin dejar rastro y ella, la siguiente en la línea de su...