Pecado de llamas violetas [MAQUIAVLICA LIBRO I]

💀Capítulo: 15👑

Me despierto desorientada, por algunos segundos mi mente está en blanco.

Reacciono y puedo reconocer la habitación en la que me encuentro, en mi departamento casi vacío, me levanto del sofá donde me había quedado dormida.

Dormí tan profundamente que olvide suprimir mi energía, mis tatuajes están visibles y aun sin verlos sé que mis ojos se han vuelto negros.

Mi cansancio me venció, es difícil creer lo que ha pasado hasta ahora, el rey Garel desapareció, todos en el mundo demoníaco me quieren muerta, Beel está muerto, Alfaget me traiciono y casi muero, un humano llamado David me encontró y me cuido mientras estuve inconsciente y débil, hice un pacto con ese humano, visite a Sasha la bruja pelirroja amiga de mi madre, ella me mostró el pasado de Garel y mi madre. Ahora decidí ocultarme en el mundo humano, viviendo como humana.

Hoy comienza mi nueva vida. Me visto con algo cómodo y zapatos bajos, lo difícil viene ahora ¿Cómo se supone que es una vida humana normal?.

Salgo y voy caminando al instituto Saint Virmar. Al llegar voy directo a la sala de secretaría donde me entregan un horario y el número de mi casillero lo que sea que eso signifique.

No me cuesta llegar al salón de clases que ya está a medio llenar, veo un lugar vacío como a tres puestos de la entrada y me siento, en cuestión de minutos se termina de llenar la sala y se me acerca una chica, alta y un poco bonita.

—Disculpa, estás en mi lugar —dice señalando mi asiento.

—Ahora es mi lugar, búscate otro —digo seria, la chica da un brinco del susto y desaparece de mi vista. 

Ahora recuerdo que Sasha me dijo que los humanos son muy sensibles, asustadizos y que debía tratarlos con "delicadeza", intentare ser mas cuidadosa.

Da comienzo la clase, todos empiezan a sacar libretas y libros, no sabía que había que traerlos, en el mundo demoníaco para recibir clases no necesitas nada más que fuerza bruta y magia.

Una chica que se sienta junto a mí se percata que en mi escritorio no hay nada y se acerca.

—¿Olvidaste tus libros? —Pregunta al tiempo que mueve su asiento junto al mío —Podemos compartir —dice mientras coloca su libro en mi mesa antes de que le dé una respuesta.

—Ok —Respondo simple.

Aprovecho un descanso para ir comprar herramientas necesarias para asistir a clases en el mundo humano, la joven que me ofreció su libro, que ahora se su nombre, Jilian, me escribió una lista de las cosas que iba a necesitar.

El resto del día trato de hacer todo con calma, muy despacio tratando de imitar la lentitud y la torpeza de los demás, las cosas son muy diferente a como había vivido hasta ahora.

Todo el día recibo muchas miradas curiosas, al parecer es raro que alguien se traslade al instituto en esta época del año y realmente casi con la única persona con la que hablo es con Jilian, debido a que ella no para de hablarme.