👑 Capítulo: 56⚔️

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Narra: Adonis Kharlez

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Narra: Adonis Kharlez

Las bestias son solo bestias, no tienen por qué ceñirse a la las normas de aquellos que caminan en dos piernas, ahora que soy más lobo que hombre puedo aspirar a solo regirme por las leyes de las bestias.

Pero aún sigo pensando como un humano, tengo la forma de un lobo, pero mi mente está entera, deseé haberme perdido por completo y olvidar mi parte racional, estoy devastado, desconsolado, mi padre me ha herido de nuevo y esta vez ha sobrepasado el umbral de lo que puedo soportar.

Al abrigo de los árboles y en una cama de hojas deseé fundirme con la naturaleza y alguna parte de mí, consideró entregarse a los brazos de la muerte, una pequeña parte que se sintió tan innecesaria en este mundo como decía mi padre que era, "un simple error de la naturaleza".

Pero silencio esa parte, yo quiero vivir, sin importar que me pueda decir mi padre y que tan difícil puede llegar a ser la vida, sin importar que mi existencia le cause problemas a mi hermana, yo quiero seguir viviendo.

De pronto el bosque grita y la tierra bajo mis patas se estremece, algo se aproxima y el bosque tiene miedo, algo que no debería estar en este mundo.

Volteo en dirección a la mansión, estoy muy lejos, pero puedo sentir a mi melliza, siento su mente a la distancia.

Mis uñas se clavan profundo en la tierra mientras tengo un debate interno, me preocupa mi hermana, pero no quiero volver, quiero olvidarme de todo y nunca regresar a la mansión.

Aprieto mis dientes mordiendo al viento y decido volver solo por esta vez, no puedo simplemente abandonar a Jo sin decir nada, hasta ahora ella lo ha sido todo en mi vida, la única que siempre ha estado a mi lado desde que estábamos en el vientre de nuestra madre hasta ahora, lo mejor y lo peor de mi vida.

Corro de vuelta a la mansión, todas las criaturas del bosque huyen en la dirección contraria, cuando llego a la mansión está ya se encuentra parcialmente destruida y arde como el bosque a su alrededor y los jardines.

El grueso de la batalla parece haberse adentrado en el bosque y en los alrededores de la mansión solo quedan algunos rezagados... heridos o muertos.

Sigo el rastro a través del bosque, demasiados olores se enredan unos con otros. Pero todos se dirigen al mismo lugar, idea de Ezra tal vez, alejar la batalla de la mansión donde están almacenadas las provisiones.

Llego al campo de batalla y un pensamiento se graba con cincel en mi mente "En un campo de batalla hay demasiados estímulos sensoriales". Mientras me acostumbro a mi nueva forma de percibir el mundo, todo parece bombardearme con demasiada intensidad y al mismo tiempo nuevos instintos se agudizan, me gritan que salgan del campo de batalla, que al igual que los demás animales corra en dirección contraria.

Pero ni siquiera los instintos más primitivos son capaces de callar otra parte de mí mismo, una voz que resuena en mi cabeza, pero no es mía, la voz de Jo. Antes solía escuchar solo sus más fuertes pensamientos y ahora puedo escucharlo todo hasta aquellos que son un leve susurro.

Pecado de llamas violetas [MAQUIAVLICA LIBRO I]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora