David cae con suavidad en el piso como si de pronto la gravedad fuera menos densa, la chica de nombre Tania corre a estrecharlo en un fuerte abrazo, llora, esta vez parecen lágrimas de felicidad.
Hago el amago de ir hasta ellos, pero la mano de Seire me detiene, suave y delicada pero con un agarre firme.
—Deberíamos volver a casa —dice señalándome con su mano libre el devastado campo de batalla —Ya hemos hecho suficiente aquí —su tono es más serio y firme de lo que jamás en mi vida lo he escuchado.
Azqit que no supe cuando llegó a nuestro lado asiente en aprobación, la pequeña bruja tiene un par de cortes en su rostro y su ropa está un poco maltratada y sucia.
—Aún es luna nueva, nosotros podemos abrir nuestra propia brecha en el conjuro de sangre, deberías llevarlos a todos de vuelta donde pertenecen —dice ella refiriéndose tanto a los demonios que quedaban con vida como a mí, lo supe por la amargura en sus palabras.
—Bien, hagamos eso —concuerdo.
Con tantas brujas presentes, los preparativos fueron rápidos, algunos minutos pasaron y una gran grieta que parecía atravesar el espacio se abrió. Unas cuantas gotas de mi sangre y otras de Azqit, algunas palabras susurradas al viejo cuchillo de Seire y la grieta empezó a jalar a todos los demonios desperdigados por el campo de batalla, los que estaban vivos y también los que estaban muertos o inconscientes.
Yo no sentía que me estuviera jalando, pero veo como Seire es arrastrado muy lentamente, como sus pies se deslizan de forma involuntaria sobre el suelo y se mantiene aquí solo por su gran fuerza física, haciendo presión en sus piernas para mantenerse en un solo sitio.
—Gracias —le digo a Azqit —Iré a asegurarme de que no intenten volver a este mundo y en un par de días regresaré a ayudarte con el asunto de las brujas —prometo, ya la joven bruja se está alejando.
No supe si me había escuchado, pero hizo un gesto con la mano en alto como si me dijera adiós. Era un avance, estaba tan enojada conmigo como lo estaba con el resto del mundo, por lo que no me lo tomo personal.
Regreso hasta David que aún permanece inconsciente en los brazos de Tania, ella no opone resistencia esta vez, me permite acercarme. Me inclino para acariciar la mejilla del chico, pero no llegó a tocarlo, mi mano pasa a escasos milímetros de su piel, no me atrevo a tocarlo. No me atrevo a sentir la temperatura de su piel por temor a que esté fría, un temor infundado cuando claramente escuchó su corazón latir y lo estoy viendo respirar.
Veo a la chica, con su rostro cubierto de lágrimas y moco, aferrada a él como si se aferrara a lo más valioso de su vida.
Y si no me había rendido antes, es en este preciso momento que me doy por vencida. Porque lo que yo siento por él no es lo mismo que siente Tania y tal vez nunca llegue a serlo, en ese caso ¿no es mejor que él se quede con alguien que lo ama como ella lo hace?
ESTÁS LEYENDO
Pecado de llamas violetas [MAQUIAVLICA LIBRO I]
FantasíaGemma ha estado viviendo de forma despreocupada e irresponsable los últimos 10 años en el mundo demoníaco. Pero ahora, las cosas están a punto de cambiar, el Rey de los demonios ha desaparecido sin dejar rastro y ella, la siguiente en la línea de su...