👑 Capítulo: 41⚔️

36 6 0
                                    

Narra Gemma

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Narra Gemma.

Me despertaron los primeros rayos de luz del sol de la mañana que atravesaban el cristal en los lugares donde la cortina no lograba cubrir. Me revolví entre las mantas, estaba tibio y perfectamente cómodo y mi cuerpo se negaba a levantarse, exigía unos minutos más para disfrutar de tal estado de relajación.

David estira su mano para abrazarme por encima de las mantas y por un instante creo que ya estaba despierto, pero el ritmo calmado de su respiración y los latidos lentos de su corazón me indican que aún está dormido.

Podría volver a dormir, ignorar los brillantes rayos de sol, cubrirme la cara y seguir durmiendo, me parece una gran idea.

Pero ya que estoy despierta será mejor que no pierda tiempo. En contra de mi verdadero deseo, me levanto y voy a tomar esa ducha que debí tomar horas antes, dejó que el agua moje todo mi cuerpo y que empape mi cabello, el agua sale un poco turbia. Al final tengo que lavar mi cabello tres veces para que el agua salga limpia.

A partir de ahora haré todo lo posible por evitar las junglas y sobre todo aquellas donde vivan brujas. Pensar en brujas me hace recordar a una que está tendida en la cama de un hospital, tendré que ir pronto aunque ese día no podrá ser hoy.

Me pongo mi ropa limpia, un short negro con un cinturón con muchas piezas de metal incrustadas, una camisa negra de mangas largar que cubre solo mis pechos y mis brazos y se sujeta al short con tirantes y también me calzo mis botas negras altas que me llegan hasta las rodillas. Luego me envuelvo en mi abrigo negro que me recuerda a una capa de la academia de Lotus.

Voy hasta la azotea donde el sol ya brilla en su esplendor dándole los buenos días a la ciudad. Me siento en el borde más cercano y me concentro en distinguir la presencia de una criatura en particular.

Un demonio de cabellos rubios tan brillantes como la luz de este sol y ojos como diamantes verdes muy brillantes, Seire. Me concentro en él, en el débil halo de luz que parece seguirlo a todas partes. Como si fuera una energía antigua y mítica que se niega a abandonarlo.

Mi conciencia se desprende de mi cuerpo para navegar en un plano diferente de la existencia, en un plano donde todo es energía y presencias. Después de un largo rato logró dar con él, está lejos pero sin dudas está en este mundo. Podría ir en este mismo instante pero creo que la recomendación de Zafille es razonable, desandar por ahí completamente sola en un momento como este es una mala idea incluso para mí.

Decidí esperar hasta pasado el mediodía y luego llevaría a los mellizos conmigo, ellos son mi primera opción de refuerzos en vista del estado actual de Sasha.

No sé qué actitud tomará Seire cuando me vea, si bien cuido de mí los años que permanecí en Palacius, aquello había sido una orden de su Rey. ¿Cómo me tratará ahora que ese Rey no está?. Aunque en apariencia Seire se ve frágil, hay rumores que dicen que su nivel de fuerza bruta es casi tan alta como la de mi padre.

Pecado de llamas violetas [MAQUIAVLICA LIBRO I]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora