💀 Capítulo: 25👑

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Miro a Jo y Adonis, asiento con la cabeza en señal de que está bien, me acerco al portal y ellos me siguen

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Miro a Jo y Adonis, asiento con la cabeza en señal de que está bien, me acerco al portal y ellos me siguen. Al cruzar un frío cortante llega a mí, atraviesa con demasiada facilidad mi ropa e incluso mi piel llegando hasta mis huesos.

Inmediatamente detrás de mí aparecen los mellizos, los veo estremecerse debido a las bajas temperaturas. Un segundo después aparece Sasha y por fin entiendo porque lleva el gran abrigo.

—¿Por qué no dijiste que hacía tanto frío? —pregunto con reproche.

—Eres mitad demonio vas a estar bien —dice quitándole importancia.

—Mi mitad humana podría congelarse —murmuro.

—¡Qué bonito! —dice Jo mirando al cielo.

A pesar de ser de noche, el cielo resplandece en un tono verdoso con onduladas lineas de color violeta y azul se ve como la magia. Las luces dejan a la vista nuestro entorno, algunos árboles a nuestro alrededor y la nieve bajo nuestros pies.

—¿No tienen frío? —le pregunto a los dos hermanos.

—Si, pero nos adaptamos bien a los cambios de temperatura —dice Jo.

—No se queden ahí, es por aquí —dice Sasha quien ya se ha alejado algunos metros.

Comenzamos a caminar, pero por más que avanzamos el paisaje siempre es el mismo, árboles y nieve de lado y lado. Después de caminar un rato siguiendo los pasos de Sasha ella al fin se detiene.

—Es aquí —Señala la gran superficie plana que se extiende frente a nosotros.

—Está congelado —digo lo que es más que obvio mientras camino sobre la superficie del lago cubierta de una gruesa capa de hielo.

—Siento la magia que proviene del fondo —dice Sasha.

Caminamos al centro del lago, dando pasos con especial cautela debido a lo resbaladizo que es la superficie del hielo, sumado a la gran extensión del lago se vuelve una tarea muy difícil avanzar.

Cuando llegamos a lo que debe ser el centro del gran lago la bruja empieza a hacer un círculo con sal sobre el hielo, rellena el círculo con una tierra muy oscura o carbón y recita un conjuro; la tierra oscura toma la forma de una runa, ella posa ambas manos sobre el hielo, la sal empezó a brillar y abre un túnel.

—¿Quién va a bajar? —dice mirándonos a los tres sin apartar las manos del hielo.

Jo y Adonis se ven entre ellos decidiendo quién de los dos se va a ofrecer, de nuevo parece que hablan sin palabras. Antes de que salgan de su discusión mental yo ya me había quitado las botas y sin pensarlo demasiado salto al agujero.

Al entrar en contacto con el agua, sorprendentemente parece que mi ropa no se moja y tampoco siento frío. Una corriente invisible me arrastra de forma rápida hacia el fondo.

En unos segundos mis pies tocan el fondo del lago, está muy oscuro. Pero la magia se convierte en una antorcha, me atrae.

A tientas tropiezo con una caja, la magia viene de su interior. La levanto, es pesada como si levantara una gran roca, siento la corriente ascendente y me apresuro a tomarla pero el agua a mi alrededor empieza a moverse de forma salvaje, formando tentáculos que me atacan.

El agua de pronto se torna fría, siento un dolor insoportable como millones de agujas atravesando la piel.

Uno de los tentáculos aprovecha mi momento de distracción para enredarse en mi cuello, trato con todas mis fuerzas de retener el poco aire que queda en mis pulmones.

—Tienes que salir del agua —La urgente voz de Sasha resuena en mi mente.

—Eso intento —

Más tentáculos de agua me alcanzan.

"Más oscuro que la noche, más profundo que el océano, en nombre del señor de las pesadillas"

Empiezo a recitar mientras un pentagrama violeta se forma bajo mis pies y arde en mi lengua.

—¡Corran! —Grito en mi mente, con la esperanza de que Sasha me escuche.

"Invoco al fuego que lo devora todo"

Al recitar esas últimas palabras una gigantesca bola de fuego mágico se formó frente a mi mano inmovilizada por un tentáculo de agua y antes de poder lanzarla explota.

Entre la presión del agua y la onda expansiva siento que estoy siendo aplastada y que mis huesos se harán puré.

Salgo despedida del lago a toda velocidad, el calor de mi propia magia me quemaba la piel y la ropa. Espero el golpe contra la nieve que nunca llega en su lugar los brazos de Adonis me reciben junto con los gritos de preocupación de Jo.

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Pecado de llamas violetas [MAQUIAVLICA LIBRO I]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora