𝘚𝘶𝘣𝘢𝘴𝘵𝘢 𝘥𝘦 𝘴𝘰𝘭𝘵𝘦𝘳𝘰𝘴 •𝘚𝘖𝘖𝘒𝘈𝘐•

capítulo 9 La cena

Hueningkai.

Me puse muy nervioso al tener a Soobin tan cerca de mi.

Una cercanía así no la tuve en un tiempo.

Me alejé de él y comencé a arreglar mi corbata solo.

—vámonos. Se nos hace tarde—le dije.

Hoy sí o sí debía verme con Eui soo para hablar de cosas de negocios en una cena.

A eso se refería él, sea como sea hoy tenía que ver su rostro.

Una vez que fui al restaurante él estaba sentado brindando felizmente, con eso confirmo que de verdad no tiene ningún remordimiento, pero cuando me acerco más, veo que a su lado estaba su amante.

—por fin llegas.

—vamos a hablar de una vez.

Se senté al frente de ellos junto a Soobin, sabía que tenía más dudas por ver al desgraciado nuevamente.

—que curioso, en esta mesa hay solo amantes.

Seguía provocando la situación y solo conseguía estresarme.

—no veo igualdad—lo miro con frialdad.

—hablemos, quería reservar un espacio en el hotel de tu padre para las reuniones y presentaciones de mi familia.

—los lugares están siendo ocupados.

—pensé que harías una excepción por ser ya sabes... cercanos. Fui una persona a quien apreciaste mucho.

—"fuiste" tú mismo lo dijiste, ahora eres la persona que más odio en este mundo ¿por qué? Porque me fuiste infiel.

Soobin.

Por fin todo tenía más sentido.

Ese sujeto es el ex novio de Hueningkai y por eso estamos aquí... no... ¿me está utilizando? ¿Por eso insistió tanto en la cita?

—no fue mi culpa, tú no transmitias nada ¿sabes?

—podías haber terminado conmigo y ahorrarte una deshonra.

—¿qué dices?—su expresión era de confusión.

—todos te voltearán a ver como el heredero de las empresas Kim que es un maldito infiel. Alguien repugnante para muchos.

Tenía sentido su comportamiento y su mirada enojada.

Lo habían roto.

—oye, Hueningkai.

—dime si no lo eres—lo mira desafiante esperando su respuesta.

Él por su parte toma un sorbo de su vino para luego responder.

—prefiero que me conozcan como Kim Eui soo, prometido de Hueningkai.

Al escuchar eso, no evité atorarme con el vino que segundos antes había bebido.

—no me importa lo que piensen de mi, yo voy a heredar algo con dignidad mientras que tú solo eres un avaro. ¿Por qué me fuiste infiel? Ah... creo que porque tu padre le hizo lo mismo a tu madre ¿no?

—Hueningkai.

—no es por eso, fue porque nadie te quiso al nacer, seguro fue por eso.

—¡hasta aquí!

Había provocado su furia.

Hueningkai.

Eui soo se para de su asiento con la intención de rodear la mesa para tomarme de la camisa amenazándome. Yo solo sonreí de lado al verlo provocado.

—¿a dónde quieres llegar?—me pregunta.

—¡sueltalo!—escuché a Soobin ponerse de pie y exigir que me soltara.

Aún no quería que me soltara, quería dejarle en claro que no necesito su presencia en mi vida.

—deja de arruinar mi vida si no quieres que yo arruine la tuya, cuando una pareja deja de ser novios simplemente no se ven ni siquiera se hablan ¿por qué no hacemos eso? ¿Sabes por qué no? Porque te diste cuenta que un amante como él no es nada en comparación con el heredero de la empresa hotelera más grande del mundo—reí llevando mi cabeza hacia atrás.

—no te vas a librar de mí.

—yo creo que sí—logro soltarme y me alejo a una cierta distancia para despedirme de él y de su amante—Gracias por la velada, pero no me puedo quedar, aún me quedan unas horas para terminar mi cita.

Salí de ahí y Soobin me siguió hasta el auto, una vez ahí, suspiré dejando caer atrás mi cabeza.

No quiero sentirme así.

—es tu ex—su voz se escuchaba diferente—Por eso me trajiste aquí, ¿querías causarle celos conmigo?

—no... quería que después de esto me animaras un poco.

Soobin.

La cabeza de Hueningkai seguía hacia atrás y cuando volteo a verlo noto que caían lágrimas de sus ojos por ese idiota, sin embargo, no tenía una expresión triste, su rostro era tranquilo.

Era como si quisiera botarlas para no tenerlas y que le causen dolor. 

—Hueningkai...

—lo siento por hacerte que creyeras eso, pero necesitaba a alguien y tú eras el único que me hizo sonreír como nunca había sonreído en mi vida—me sonrío—¿Vamos? Quiero irme.

Su cambio radical de humor no era raro, ya no quería sentirse así, quería que lo animara como lo hice la otra vez y lo haré.

—sí, vámonos a Moon sky.

—¿por qué me quieres llevar ahí? No podemos tener sexo.

—haré una excepción. Hay áreas muy lindas ahí.

—bueno... en realidad yo-

—vamos, dijiste que quieres que te anime y eso haré—sonreí.

Haré que cita tras cita lo olvides.