capítulo 11 cercanos

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Hueningkai.

La noche estuvo muy tranquila, estoy tranquilo de ver a Soobin como mi amigo, no quiero volver a las citas por un tiempo.

Amanecí muy bien por el lindo recuerdo de Soobin, sin embargo, no duró mucho porque Ji on entró a mi habitación.

—¡Hueningkai ¿cómo estuvo tu cita?!

—bueno...

Procedí a contarle todo lo que había pasado sabiendo que iba a gritar cuando termine.

—¡¿fueron a tu hotel?!... ¿y no pasó nada?—mira de forma pícara.

—deja de pensar que lo hicimos, Ji on. No pasó nada, solo charlamos y ahora somos amigos.

—na, es mejor ser amigos ¿creo? ¿No será que él quiere ser tu amigo y no algo más porque le gusta otra persona?

Es una buena hipótesis, puede que a Soobin le guste alguien más y está en todo su derecho.

Yo ahora quiero reconstruir lo que se rompió.

—no lo sé, eso lo descubriré después—me puse de pie saliendo de la cama.

—¿a dónde vas?

—tengo que ir al centro comercial, por agradecimiento, quiero darle algo especial a Soobin.

—¿te vas a reunir con él?

—sí. Adiós.

Salí de mi habitación para ir a el estacionamiento, subí al auto sin antes saludar al chófer que me iba a compañar y luego me puse mis audífonos.

Escuchar un programa de radio siempre me gusta, es muy tranquilo oír a los locutores hablar de diferentes temas.

—hoy hablaremos de esa persona especial que cada vez que lo recuerdas sonríes sin saber porqué. A veces no sabemos lo que sentimos, esa sonrisa espontánea se convertirá muy pronto en algo más. Cada vez que lo recuerdes vas a suspirar de amor.

—¿suspirar se amor?

"¿Creen que eso me pase con Soobin?"

Soobin.

Estaba en la estación de radio, el programa donde trabajo como consultor. Estaba viendo a Hong seok, es la locutora de este programa muy famoso por ser de romance.

Una vez que el programa termina ella sale de la cabina y todo el mundo la felicita igual que yo.

—gracias.

Ella se dirige a mi y la mirada dulce que tenía ahora era de enfado.

—¡oye, Soobin! Sigues posponiendo nuestras citas ¿cuándo vamos a salir?

Sí, ella es la chica que me gusta.

—Lo siento, hoy no puedo, mañana sí, sin falta.

—¿por qué no puedes hoy?—se cruza de brazos.

Recordé que voy a encontrarme con Hueningkai en el centro comercial y me emocionaba por alguna razón.

—... voy a encontrarme con un amigo—sonreí inconsciente.

—ah... un amigo, bueno, te veo mañana, adiós.

Tomo mi celular y veo la hora, me di cuenta que era muy tarde, así que salí rápidamente del estudio para tomar un taxi e ir rápido al centro comercial donde me esperaba Hueningkai.

Lo buscaba con la mirada entre la multitud, pero era fácil distinguirlo, ya que siempre usaba su ropa formal.

—¡Huening-ah!—grité corriendo hacia él.

—Soobin—sonríe.

—¿a dónde me vas a llegar?

—solo vamos.

Hueningkai tomó mi mano;  lo cual me sorprendió un poco, y me llevó a ver varias tiendas hasta que nos detuvimos al frente de ellas.

—¿qué te gusta?—me mira para preguntarme.

—me gusta el helado, comer muchos pósters y jugar ¿Por qué?

—ay.... entonces... ¿Debería comprarte una heladería?

—¿qué? ¿Por eso estamos aquí? Quieres comprarme algo, oye, así no funciona esto de la amistad.

—oye, sé cómo funciona la amistad, tengo dos mejores amigos. Solo quería darte algo por tu apoyo.

Solo lo hice por sentí que debía hacerlo, Hueningkai es una buena persona, pero está quebrada por una mala experiencia aunque no quiera admitirlo y use su dolor.

Aprecio su fortaleza y lo seguiré apoyando sin recibir algo material a cambio.

—Por ahora no debes regalarme nada. Vamos a comer en el área de comidas.

—sí.

...

No es la primera vez que Hueningkai viene a un lugar así, pero en realidad no lo frecuenta tanto, el patio de comidas tenía muchas opciones para él, lo cual lo ponía en una indecisión.

—¿qué vas a ordenar?—le pregunta Soobin.

—pizza hawaiana. Me gusta.

Hueningkai se acerca al mostrador para pedir su pizza junto a Soobin y al paso de loa minutos ir a sentarse a las mesas para disfrutar de lo que habían ordenado.

—me sorprende que conozcas la pizza con todo lo caro que comen los ricos.

—oye, soy un heredero de un hotel, no vivo bajo tierra. Claro que conozco la pizza, Ji on la trae cuando es sábado.

—¿por qué los sábados?

—es mi día totalmente libre, mi padre no está gritándome y los sirvientes no molestan. Es tranquilo.

—ah... debería ir a tu casa el sábado, entonces—ríe.

—tal vez. Si quieres, te doy la dirección, puede que te guste el lugar donde vivo.

—iré un día y me quedaré a dormir a tu lado.

Lo que dijo tenía un doble sentido para Hueningkai y claramente lo puso nervioso.

¿Ya se iban a volver tan cercanos de pronto?

𝘚𝘶𝘣𝘢𝘴𝘵𝘢 𝘥𝘦 𝘴𝘰𝘭𝘵𝘦𝘳𝘰𝘴 •𝘚𝘖𝘖𝘒𝘈𝘐•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora