𝘚𝘶𝘣𝘢𝘴𝘵𝘢 𝘥𝘦 𝘴𝘰𝘭𝘵𝘦𝘳𝘰𝘴 •𝘚𝘖𝘖𝘒𝘈𝘐•

capítulo 35 final 💞

Hueningkai.

Di un paso adelante, pero todos comenzaron a apuntarme con sus armas. 

—¡déjenme!—Soobin intentaba soltarse, pero en respuesta solo lo golpeaban.

—¡déjenlo ahora!

No tolero más esto.

—¡Eui soo ordena que paren!

Escucharlo reír solo me repugnaba más.

—No están bajo mis órdenes, Hueningkai.

"¿Entonces de quien?"

Una persona se acercó lentamente hacia la luz dando vista a su rostro... era mi padre.

—¿padre?... ¿Tú hiciste todo esto?

—sí.

Una furia enorme se apoderó de mi, ver a Soobin golpeado y ahora que sé que tiene algo que ver con Kim, todo aumentaba mi ira.

—¡¿por qué?!

Eui soo se me toma de la cintura y acerca su rostro hasta mi oído para susurrarme.

—porque mientras más investigabas a mi familia más sabrías de los crímenes cometidos por tu padre, claro, con ayuda de nosotros.

—¿qué?

—ibas a descubrir que ordené matar a tu madre.

¿ahora en quien debería confiar?

—¿tú la mataste?

Los recuerdos de mi madre cuando era un niño se hacían presentes en mi mente, dolía tanto recordarla que mi corazón me presionaba. Mi tristeza poco a poco de volvió en ira hacia mi padre.

—¡maldito!—intenté acercarme, pero me retuvieron—¡ella era la mujer que amabas, tu esposa, la madre de tus hijos! ¡¿Por qué le hiciste eso?!

—tu madre sabía de las irregularidades de mi hotel, de crímenes que podrían perjudicar el nombre de nuestra familia, no le importaba nada, solo hundirnos, tomó las pruebas suficientes y fue en su auto a denunciar los hechos.

Ambos explicaban como si nada el crimen que habían cometido.

—pero claro, no lo logró, mi familia provocó la falla de sus frenos e hizo que tu madre muera en ese preciso momento.

—¡eres un desgraciado! ¡mataste a mi madre!

—¡sí! Lo hice para salvar a nuestra familia.

—¡te querías salvar a ti! ¡por tu egoísmo ella murió! ¡solo eres un maldito infeliz al igual que Eui soo!

Este último me golpea la espalda haciendo que caiga de rodillas.

—te di la oportunidad de que ambos estén vivos... ahora no lo estarán.

—¿no recuerdas que te dije que lo ibas a pagar?

Varios de mis hombres comenzaron a llegar a atacar a los que me tenían retenido, Soobin se logró soltar y también comenzó a defender para llegar a mi lado. Tomé un arma del suelo y apunté a mi padre.

—¡Hueningkai!—Soobin no quería que lo hiciera.

—¿qué estás haciendo?

—¡suelta el arma, Hueningkai!

Para este punto la voz de Soobin no era escuchada por mi, solo quería vengar a mi madre.

—mataste a mi madre.

—¿vas a matarme?

—voy a vengarla—bajo el gatillo.

Mi mano temblaba por hacerlo y mía lágrimas seguían cayendo, sin embargo, por fin logro escuchar la voz de Soobin.