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Capitulo 23.

Misericordia.
Abrir el corazón al miserable.

Al igual que la luna,
atravesamos fases de vacío
para sentirnos llenos nuevamente...

Sentí mucho miedo.
El frío recorría mi cuerpo.
Esa amarga voz.
Me hacía sentir muy seca.
Escuche su caminar y su carraspeo seco.
Su risa resonaba.
Sentí un fuerte estirón y me cargó en sus brazos.
Comencé a patear y a moverme con fuerza.
Llore, llore con fuerza.
Pero parecía ser que nadie me escuchaba.

—Mamá!!.—grite fuerte.

—Nadie te ayudara idiota!! Solo estamos yo y tú!! Tú mamita, ni tú abuelo, ni tu abuela están!!.—me dijo aquel hombre.

Con una navaja rasgó mi blusa y mi pantalón.
Para dejarme expuesta a el.
Desabrocho su cinturón y comenzó a bajar su cierre.
Le di una patada en el estómago.
Gran error.

Me dio una fuerte bofetada. Que me hizo probar el sabor de mi propia sangre, mi mirada se perdió y el solo rasgó mis bragas y mi sostén.

No podía despertar. Mi cara ardía.
Comencé a llorar y el me besó el cuello haciéndome sentir tanto asco.
Se quitó la camisa y se quitó la capucha que llevaba encima.
Tenía cabello rulo.
Ojos grises.

Era británico su acento lo decía.
Intente empujarlo nuevamente pero me golpeo el vientre y saco un condon se lo puso y solo pude sentir cuando me desgarro.

Pegue un grito de dolor y él empezó a moverse con dureza dentro de mi.
Empecé a llorar de dolor y de remordimiento.

—Esto es para que aprendas la lección, de no irte con famosos que no debes, y me refiero a Adele y a Richard Paul esos dos, por ellos estás aquí preciosa!!..—hablo agitado y comencé a llorar más.

Eyaculo conmigo y sentía que me desgarraba cada uno de mis músculos.
Termino de eyacular y logró su objetivo.
Tuvo su orgasmo y salió de mi.

Sentí que acarició mi pierna mientras sonreía.
Sentía que era real.

Estaba apunto de decir algo cuando me levante como pude, estaba empapada de sudor y llorando.

Un barbón estaba recostado con angelo. Los dos dormían plácidamente.

Reconocí y supe que era Simón.
Solloce y escuche la puerta abrirse.
Sentí una pesadez en mis piernas y estaba Adele y de un lado Rich.
Los dos dormidos.

Las palabras de aquel hombre volvieron a mi mente.
"Por ellos estas aquí".

Comencé a llorar y Adele despertó.

—Claire!!.—dijo e intentó abrazarme.

—No, no suéltame!!. No te acerques a mi!! Vete!!.—grite empujándola.

—Clai...CLAIREE!!.-dijo Rich despertando.
Y comencé a llorar más.

—Váyanse, no los quiero ver!!.—grite.

Rich intento tocarme y lo empuje.

—no, no me toques, no me hagas daño!! Váyanse!!.—grite y la puerta se abrió de inmediato.

Estella se asomó y llore.
Ella entró y me abrazó y la abrace.
Adele me miró con dolor para después apartarse.

—Mami...—exprése abrazando a Estella.
Mi hermano entró y también me abrazó.
—Papá, mamá!!.—dije y los abrace.
Tenía mucho miedo.