Capítulo 36.

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—Que mierda te pasa, Alex?.—soltó una voz femenina, sentía mi vista perdida.

— ¡podrías cerrar la boca un minuto, idiota!.—la voz de Alex invadió mis oídos.

Abrí mis ojos y mi vista se aclaró.
Estaba recostada en una silla.
La mamá de Alex me ponía un pedazo de algodón con alcohol en la nariz y esta me picaba terriblemente.

—¡Adhe!.—expresó la mamá de Alex feliz.

—¿Que me paso?.—dije asustada.

—nada de que preocuparse, te sientes bien?.—dijo y asentí.

—me duele un poco el cuello pero todo bien!.—dijo y sonrió y me abrazó.

Alex me miraba con cara de pocos amigos y la verdad es que no comprendía.

Me atendieron un buen rato.
Hasta que me pude levantar por mi misma y Alex tomó mi mano.
Suavizando su agarre.

—¡Te desmayaste en el baño!.—dijo y asentí.

No sabía si era verdad.
Caminamos y me ofrecieron asiento de nuevo y pude ver a la hermana de Alex, quien no me quitaba la vista de encima.
Sabía que había sido un error lo que hizo.

Por que sabia que en cualquier momento volvería a pasar lo que paso con Maria y Elena.

Así que trate de estar alejada de ella y su vista evitando hacer contacto visual.

Rich.

—¿Listos?.—hable en silencio y asintieron.

Salí por la puerta apuntando y mirando a ambos lados pero estaba solo.
Así que con la mano les indique que me siguieran y fueran detrás de mi.
Íbamos despacio, y en silencio.

Bajamos escaleras abajo y parecía ser que tampoco había nadie, en la sala, ni en el comedor.
Así que le indique a Bryce que me dijera cual era la puerta.

—¡Es esa!.—soltó apuntando con su dedo.

En efecto tenia un cerradura que no tenia una llave.
Así que busque un pasador.
Y recordé que en mi bolsillo llevaba uno que Adele llevaba cuando la dejamos con Alex.
Lo saqué y en efecto lo tenía.

De inmediato me acerqué y abrí la cerradura con facilidad.

—¿Como hizo eso?.—dijo Angelo.

—Mi papá, trabajaba en el ejército, se abrir todo tipo de cerradura!.—dije y abrí la puerta.
Y ahí dentro había más cerraduras y todas las abrí sin problema alguno.

Hasta que al fin llegamos a la última puerta la cual abrí.
Y fue ahí donde mi corazón se rompió.

Estaba ahí tirada en el suelo, llena de golpes con la cara muy pero muy golpeada.
Sus muñecas más que moradas y sin olvidar sus tobillos.

Rápido me lance de rodillas y la desperté.

—Adele, mi amor despierta!!.—dije moviendola y fue abriendo sus ojos poco a poco.

—Si, mi amor. Abre tus ojos, te voy a sacar de aquí.—dije y comenzó a desatar sus piernas y muñecas.

Le quite el trapo de la boca y sollozo.
Cuando al fin la desate ella me abrazó muy fuerte.

—¡Mami!.—angelo expresó y corrió a sus brazos.
Adele comenzó a llorar mientras lo apretaba tanto a ella besando su mejilla.

—Donde esta Laurie?.—dijo y Bryce y yo nos miramos.

—Donde carajos esta?.—soltó y agache el rostro.

—¡Respondan!.—declaró una voz femenina detrás de mi.

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