Per qué estás tan bó?

839 102 23
                                    

—¡No toques eso! —regaño Bruno a Becc que estaba extasiada en coger todo lo del súper.

—Ahg, que aburrido eres Bruuu —volvió a coger la caja de cereales de la góndola solo para llevarle la contraria.

Bruno suspiro golpeando su propia frente con la palma de la mano.

Yo estaba algo ajena de la situación que ocurría a mí alrededor, ya que no paraba de pensar en un par de ojos oscuros. Sobre todo después de lo qué había ocurrido esta mañana, que me había despertado algo agitada debido a un sueño en el cual aparecía el causante de mis desvelos.

Lo que me faltaba para ser una completa idiota era tener sueños eróticos.

Definitivamente era una completa idiota.

—¿Y tú qué dices, Sara? —pregunto Becca.

—¿Eh?

—¿Ponemos preservativos a modo de suvenir en tu cumple?

—¿Eh? —exclamamos Bruno y yo, mirándonos boquiabiertos.

—No sé qué se sorprenden. Somos personas adultas ¿qué esperaban? ¿Poner golosinas? —dijo con una mueca de obviedad.

—No esperaba ningún tipo de suvenir, Becca. No cumplo quince años, y tampoco voy a invitar a nadie —resople, metiendo mis cereales favoritos en el carrito de la compra.

Hasta donde yo sabía habíamos venido a hacer la compra de la semana, no compras para mi supuesto festejo de cumpleaños.

—¡Que aburrida eres!, ¿no me dijiste que conociste personas agradables en tu trabajo? ¡invítalos! ¡Mientras más seamos, mejor!

—Mientras menos mejor... —dije por lo bajo, sin querer arruinarle el entusiasmo a mi amiga quién aprovechaba cualquier oportunidad para un festejo.

—Yo opino que preservativos y algún encendedor vendría bien —siguió diciendo con una sonrisa de oreja a oreja.

—¿Para que encendedor?

—¡Para encender los porros!

—¡SHHHH! —la calle mirando a las personas que habían a nuestro lado.

Captamos varias miradas a nuestro alrededor.

Cuando algo se le metía en la cabeza era imposible hacerla cambiar de parecer.

—Yo opino que es algo exagerado si Sara no quiere —intervino Bruno, quién se había estado manteniendo al margen.

—Gracias, Bruno.

Por fin alguien me entendía.

—Ustedes dos me dan asco ¡Par de aguafiestas! —se dio la vuelta dando haciendo su caminata dramática hasta desaparecer por otro pasillo.

—Lo mejor será hacerle caso —negó mi amigo, resignado.

Buscamos un par de alimentos más que nos hacían falta para sobrevivir en la semana. Claramente eso consistía en: cereales, huevos, hamburguesas, alguna que otra verdura, cervezas y cigarros.

Era algo obvio que teníamos que empezar a alimentarnos mejor, pero éramos personas ¿muy ocupadas? En nuestra defensa.

—Ahí viene —Bruno me pego un suave codazo en las costillas.

Becc regreso con los brazos cargados de cosas, desde vasos de plástico color rojos, un banderín multicolor, hasta ¿Preservativos?

Oh, dios...

—Antes que me digas algo, ¡No te pienso oír! —Paso a dejar todas las cosas en el carrito—. Hay que buscar más cervezas, no será suficiente —se volvió a ir para buscar eso.

El amor vs el zodiacoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora