El amor vs el zodiaco

un aniversari peculiar +18 (parte dos)

⚠️Advertencia: Contenido sexual explícito.
Contenido de drogas y alcohol.
Leer bajo su propia responsabilidad.
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El panorama era el siguiente:

David iba conduciendo en su auto, los mellizos iban sentados uno encima del otro en el asiento de copiloto.

Detrás era todo un caos.

Yo me encontraba completamente apretujada contra la puerta, Becca iba a mí lado, sentada arriba de Bruno, y Lisa y José iban sentados en la otra punta de la ventanilla.

¿Qué hacían Lisa y José aquí? Era sencillo, los habíamos cruzado fuera del bar, y se habían sumado al festejo, el cuál seguiría en mi apartamento por los encuentros desafortunados de la discoteca.

—¡Deja de moverte, Becca! —se quejó Bruno, moviéndose incómodo en el lugar.

—¡No es mi culpa que tus piernas sean incómodas!

—¡Tampoco es mi culpa que tú... -se calló de golpe al darse cuenta lo que diría a continuación.

Apostaba que era: Qué tu trasero sea grande.

Pero él muy correcto de mi amigo jamás se animaría a decir algo cómo eso. Eran tan diferentes en personalidades, Becca resaltaba en cualquier lugar que pisaba gracias a su personalidad tan extrovertida, y Bruno era más perfil bajo. Yo no era ni la una ni la otra, me gustaba socializar, pero a veces me daba por no querer hablar con nadie.

—¡Coopera con el chaval, que se le va a parar! —soltó uno de los mellizos, riendo cómo si se le fuera a salir un pulmón.

—¡Samuel! l —le regañó David.

Los hermanos estaban algo borrachos, un poco muy borrachos.

Y yo no me quedaba atrás por lo que no pude contener la risa.

—¡Sara! —Mi amiga a mi lado me lanzó una mirada de resentimiento—. Traidora.

—E-es, que... JA JA JA —me desternille de la risa. Me tuve que sujetar el abdomen porqué ya me dolía.

No sabía que me pasaba, pero era imposible contenerlo. Bueno, si sabía que me pasaba, un trago llamado: ambrosía.

Adelante, David me miró por el espejo retrovisor y una sonrisa surcó su rostro.

Qué lindo era cuando sonreía.

—¡No nos dijiste que tenías otros amigos súper cools! —reprochó Manuel.

—No sean egocéntricos.

—¡Me has roto el corazón, David! —se colocó una mano en el corazón para añadirle más dramatismo al asunto.

Mire al par sin poder evitar reírme, no sabía si eran siempre así o por el efecto del alcohol.

Qué yo no podía quejarme, eh, también me había pasado de copas, y no estaba nada acostumbrada. Me solía poner muy sincera cuando eso pasaba.

—¿Cuánto falta? —refunfuño Becca.

—¿Podrías, por favor, dejar de moverte, Rebecca? —insistió Bruno.

—¿Quieres ir sobre mi regazo? —preguntó Lisa, de forma amable.

—Gracias linda, pero este se ofreció y ahora que se lo aguanté —se volvió a mover sobre sus piernas adrede generando un resoplido por parte de él.

—Ya llegamos, pesados —les dije.

—Sí, tú porqué no tienes a nadie encima tuyo.

—¿De qué te quejas bro? Cambiamos lugares si quieres —habló Manuel con una sonrisa que le hacían los ojos más achinados.