per sempre

262 23 6
                                    

—Becc solía decir que quería morir joven. <<Prefiero morir joven y espléndida, que vieja y amargada>>
Yo, solía callarla horrorizada. No me gustaba pensar en esa idea. Becc era muy ocurrente y no le temía a la muerte. La muerte es parte de la vida. Ese era su lema. Por eso disfrutaba el presente al máximo, porque no sabía cuando podía dejar este mundo. En honor a ella, yo prometo esforzarme por vivir el presente. Si algo hubiese odiado mi mejor amiga era verme derrotada.
De seguro diría algo como: <<¿Eres tonta? ¿Qué haces llorando por mi? ¡Disfruta la vida, mujer! Que es solo un instante>> —Comencé pronunciando las palabras que mas representaban a mi amiga—.
En la vida nos podrán preparar para muchas cosas, pero jamás —carraspee cuando mi voz empezó a entrecortarse. Levante mí vista en alto observando a las personas que esperaban por mi discurso y proseguí: —Jamás nos preparan para despedir de este mundo a las personas que amamos con todo nuestro corazón. Hoy estamos todos reunidos aquí para despedir a mi mejor amiga, a mi hermana del alma; Rebecca Johnson. Asumo que todos estarán aquí porque Becc se les coló en el corazón como lo hizo en el mío —mire a Bruno que tenía los ojos rojos e hinchados de haber llorado toda la noche. David estaba a su lado, no lo había dejado solo en ningún momento—. ¿Qué les puedo decir de Becca que ya no sepan? En resumidas palabras... Becc era un ser de luz maravilloso que esta tierra no supo valorar. Su bella sonrisa podía sanarlo todo, y su humor acido podía alegrar a cualquiera que lo necesitara —reí para mis adentros al recordar su humor particular al que tan acostumbrada me tenia—. Becc no tuvo una vida fácil. Mejor dicho, las personas se la hicieron difícil, pero aun así, ella salió adelante con una sonrisa y con ganas de vivir. Becc llego a mi vida en el momento en el que más la necesitaba, y cuando llego el momento no dudo ni un segundo en dar su vida por mi... —me cubrí la boca ahogando un sollozo—, Becc era la persona más determinada y segura que conocí en mi vida. Era sobreprotectora, dulce, y cuando tenía que serlo, ruda. Le doy gracias a la vida por haberla puesto en mi camino. Ojala todos pudieran tener a una Becc en su vida para hacerlo todo mas fácil —respire hondo viendo el ataúd aun no pudiendo creer que allí se encontraba el cuerpo de Becc—. Rebecca es el claro ejemplo de resiliencia. Ella era una verdadera luchadora —hice una pausa cogiendo fuerzas para seguir y no desmoronarme—. De algo estoy segura —cambie mi tono de voz a uno más resentido—. Jamás perdonare al causante de todo este dolor. Espero te pudras en el infierno, Mark. Espero que las llamas del fuego te recuerden cada día toda la mierda que causaste en vida, y te quemes en tu propio dolor. Solamente pensar en eso podrá darme paz. El consuelo que ese enfermo hijo de puta arda en el infierno. Y a ti, Becc —sonreí con dulzura y melancolía a la vez—. Te deseo el paraíso mas lindo que mi imaginación pueda recrear. Te pido perdón por todo esto, y te juro que te pensare cada día de mi vida hasta que me vaya de este mundo y pueda verte nuevamente. Esto no es un adiós definitivo, Becc. Te prometo que nos volveremos a ver y a reír nuevamente en otra vida o donde sea que hallemos la forma de hacerlo.

Al terminar de hablar, lance una rosa roja al ataúd cerrado —las favoritas de ella— y me encamine a reunirme con David y Bruno.

—Hermosas palabras, cielo —David me abrazo con calidez. Alce las comisuras de mis labios en un intento ingenuo de sonrisa.

—Lo siento por no poder hablar, Sa —pronuncio Bruno con la cabeza gacha. Le levante el mentón suavemente para clavar mi vista en la de él.

—No te culpes por no poder hacerlo. Tomate tu tiempo para procesarlo ¿Si?

Asintió con la cabeza. Le temblaba el labio inferior debido a que estaba conteniendo el llanto.

—¿Ustedes son los amigos de Rebecca? —pronuncio una voz de mujer que me era completamente desconocida.

Cuando la vi, conecte el parecido con Becc de inmediato. Mire a los chicos con mueca de alarma.

—Soy la madre. Y-yo...

El amor vs el zodiacoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora