no et faré mal

524 60 4
                                    

—¿Te llevo a tu apartamento? —pregunto David.

—¿A dónde más sino?

—Al mío —me lanzo una miradilla picara de reojo.

Abrí los ojos con sorpresa.

Hace un año atrás no te quejaste de ir a su apartamento.

¿Lo ven? Por eso hace mal beber alcohol.

—¿Sara?

—Es qué... Le dije a Becc que me encargaría de llevar la comida porque Bruno no estará y no quiero que se quede sola.

Que excusa más idiota.

—No se habla más. Les prepararé algo rico para comer —dijo entusiasta.

¿Y ahora?

—Oh —¿Oh?

A veces quería matar a mi propia consciencia. ¿Era eso posible?

—¿No quieres, verdad?

—Le avisare a Becc —mierda.

Rápidamente abrí el chat de Becca, y no se me ocurrió mejor idea que enviarle:

S.O.S.

Becc contestó inmediatamente:

¿¡Que paso!?

A lo que respondí:

Creo que David quiere ir a cocinar a nuestro apartamento.

Becc contesto:

¿Cómo que crees?

Y yo me decidí por advertirle:

¿Estás vestida? Estamos yendo...

¡Estoy en calzones! Gracias por avisar, amiga mía.

Fruncí el ceño al leer eso. ¡Le estaba avisando con el suficiente tiempo!

De pronto recordé que la casa estaba hecha un caos, ¿Hace cuanto no hacíamos una limpieza profunda?

Confié en que David no detallara en eso.

En cinco llegamos.

Le envié por ultimo a Becc.

—¿Estás bien? —la voz de David me descolocó. Asentí un poco efusiva—. ¿Okey? —enarco una ceja.

—Vamos —solté antes de arrepentirme.

—¿A dónde?

—A cocinar pasta.

Comencé a reír. No sabía si lo hacía de nervios o adrenalina.

Qué solo van a cocinar pasta. No se van a casar.

Pero es algo más profundo que tener sexo.

Pero durmieron toda una noche juntos acurrucados, y luego miraron el amanecer.

Aún no sé porque te contesto. Eres mi puta consciencia jodiéndome todo el maldito día.

Me amas.

No. De hecho, no.

¿Entonces dices que no te amas?

Ouch.

—¿Me escuchaste?

—Perdona. ¿Qué dijiste? —sacudí la cabeza con sutileza para espantar la tediosa voz de mi conciencia.

—Dije que está bien.

—Pero cocinas tu—sonreí para intentar alivianar el ambiente.

—Se van a deleitar con mi receta especial —sonrió con superioridad.

El amor vs el zodiacoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora