un aniversari peculiar (parte uno)

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—¡FELIZ CUMPLEAÑOS!

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—¡FELIZ CUMPLEAÑOS!

Un grito ensordecedor me hizo pegar tal susto que caí de culo en el piso.

—¡Rebecca! ¡Eres una bruta! —La miré con resentimiento desde el piso, mientras me sobaba el culo.

—¡Trae el pastel, Bruno! —Volvió a gritar pasando por alto mi evidente mal humor—. ¡Te compré algo que te quedará de infarto! Mira, mira.

Me tendió una pequeña bolsa de color rosa con un moño en forma de decoración. Antes que pudiera romper la bolsa, la ansiedad de Becc pudo con ella y me la arrebató despedazando el envoltorio. A simple vista pude ver una tela muy pequeña.

Bruno entró a la habitación con un pequeño maffin de chocolate en sus manos, el cual tenía una mini vela de color rosa. ¿Era el rosa mi color favorito? Pues no, pero a mí amiga sí.

Terminé de divisar las dos partes de un conjunto de lencería color rojo pasión. Miré a Bruno con espanto, pero esté estaba rojo de aguantarse la risa.

—¿Te gusta? ¡Lo podrás estrenar hoy! Con David... —Becc tosió de forma exagerada cuándo dijo ese último nombre.

Enrojecí de sobremanera al imaginarme la escena en la que David me veía con este conjunto, cómo me tomaba en sus fuertes brazos y me depositaba en la cama y me recorría todo el cuerpo con sus grandes manos.

Eres una sucia.

Sacudí la cabeza mirando con detalle la micro tanga a juego con el transparente encaje del sujetador.

—¿No será mucho? —intercalé miradas entre mi amiga, Bruno y la micro tanga.

—No seas mojigata... Y te tendré que prestar un vestido para esta noche porqué los que tienes tú... — Becc negó repetidas veces con desaprobación.

—Feliz cumpleaños —me abrazó Bruno dándome consoladoras palmadas en la espalda.

Becca se nos unió al abrazo estrujándonos con severa fuerza.

—Cómo crece mi niña —Becc me acarició el cabello fingiendo sollozos.

Nos dejó de abrazar de repente. Se paró firme en el lugar y nos observó con seriedad asustándome por un breve momento—. Hoy nos emborracharemos.

—Oh. Lo dice muy enserio —Bruno buscó mi mirada con temor.

— No quiero oír ninguna queja —finalizó Becc para empezar a cantar el cumpleaños feliz con alegría.

Lo que me depararía esta noche...

Ya podía imaginarlo, o quizás no...

Mi móvil sonó con una notificación de mensaje. Era un WhatsApp de un número desconocido.

Entré un poco extrañada, y una sonora exclamación escapó de mi boca al ver la foto del remitente.

Era David y me acababa de enviar:

El amor vs el zodiacoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora