Lucas (parte dos)

244 29 10
                                    

—Y bien... ¿David, verdad?

David asintió formulando una sonrisa. Habíamos llegado alrededor de unos cinco minutos atrás, de sorpresa. Le había mandado un mensaje a David de camino en el auto avisándole pero no lo había visto a tiempo, por lo qué, cuándo abrió la puerta se quedo observándonos con las cejas levantadas, esperando una explicación. Ya cuando hice las debidas presentaciones, la expresión de David se había tornado a una de intriga.

—¿Y cómo se conocieron? —prosiguió Lucas.

Ya había comenzado con su interrogatorio. El mismo que había tenido con Mark en su momento.

—Eh... —David me miró a mí en busca de ayuda. Su rostro enrojeció levemente.

Oh. Claro. Si le respondíamos la verdad de cómo nos habíamos conocido, sería realmente incómodo.

No iba a decirle a mi hermano:

"Nos conocimos la noche que rompí con Mark. Fui al bar donde él trabajaba y me fui con él a su apartamento. Y pues allí, ya sabes... Follamos toda la noche".

—Presente mi currículum en el bar dónde trabaja como barman. Allí nos conocimos —explique en su lugar.

—Oh. Interesante.

—Supongo —me encogí de hombros sin saber que mas acotar.

Esto estaba siendo más incómodo de lo que pensé.

—¿Así qué trabajas de barman? —dirigió su atención a David—. Un trabajo algo osado, se podría decir.

—De osado no tiene mucho —dejo escapar una risa nerviosa—. Pero si, supongo que no es la aspiración de todos los padres, que sus hijos sean barman, quiero decir—aclaro, rascándose la nuca al decir lo último.

—¿Y te gusta?

—¿Lo que hago? —Mi hermano asintió en respuesta—. Sí —sonrió con sinceridad—. Me capacité en algunos lugares reconocidos de Nueva York —no lo dijo con altanería, más bien con orgullo al recordarlo.

—¿Y piensas ser barman toda tu vida, o...

—Lucas —musite entre dientes, fulminándolo con la mirada.

—Por ahora estoy bien así. Me gusta lo que hago y no me puedo quejar de la paga que deja —David respondió a la pregunta de mi hermano con tranquilidad.

—Me agrada tu convicción —sonrió en respuesta.

—Gracias.

—¿Sabes que tu eres la razón por la que mi hermanita no se mudara conmigo? —Lucas enarco una ceja. David tosió en respuesta.

—Lucas —lo llame en un tono de advertencia—. No me mudare contigo, Lucas. Ya estoy grandecita, ¿No crees?

—Tú te lo pierdes —hizo un gesto con su mano restándole importancia—. ¿Tienes alguna cerveza, cuñadito?

Cerré los ojos negando con la cabeza. Lucas era así. No tenia filtro y no se molestaba en tenerlo tampoco.

—Claro. Ya vuelvo.

David se incorporo de su asiento para dirigir sus pasos fuera del living en busca del pedido de mi querido hermano.

—¿Puedes comportarte? —rogué en un susurro.

—¿Que dices? Si me estoy comportando de maravilla...

—No. No lo estás haciendo —reproche.

—Estoy evaluándolo, hermanita... —volteo los ojos como si fuera obvio lo que estaba haciendo.

El amor vs el zodiacoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora