18 | Me estas siguiendo

4.1K 225 19
                                    

El hablar de mi pasado con Mattheo era algo que no me gustaba, que el supiera que tiene como hermano a alguien que asesino y torturó me hacia sentir asco.

Desafortunadamente no puedo cambiar el pasado, pero esforzarme por un buen presente y un futuro. Quiero que Mattheo sea un buen hombre y que crezca en un mundo mejor.

Así que estaba dispuesto a aceptar la propuesta del profesor Dumbledore de unirme a la Orden del Fénix y luchar contra mi padre, y en todo caso que mi padre llegara a buscarme estaría de su lado como espia.

..

El martes por la mañana escribí una carta a Dumbledore informándole sobre mi decisión. El sonido de la puerta me distrajo, levante el rostro y era mi asistente con su aprendiz, aquella chica me incomodaba más.

Tal vez era mi imaginación pero cada vez se vestía mas provocadora, parece que cada noche le quita más tela a su ropa.

-Señor, la señorita Anderson está sana y salva -explicó mi asistente.

-Gracias, no la dejen sola ni un instante, le pasa algo y con tu vida me respondes -advertí.

Había puesto seguridad con Iris, siendo la debilidad del hijo de Voldemort la exponía a muchos peligros. Desde luego mi hermano igual tenía seguridad.

La aprendiz de mi asistente se sentó en el sofa de enfrente mientras que yo les ordenaba los pendientes que tendrían que hacer el día de hoy.

Sara se subía la falda y acariciaba sus piernas de una forma provocadora, tratando de ganar mi atención. Pero eso no me iba a interesar en lo absoluto.

-Bueno eso es todo... -me pare de la silla, el asistente y la aprendiz hicieron lo mismo -Es todo -tomé mi abrigo -No volveré durante la tarde entonces los veo mañana.

Ellos asintieron y yo sali en el auto, Mattheo y yo vivíamos como muggles a ambos nos gustaba demasiado y más a él. Iba de fiesta con amigos, jugaba con máquinas de video, lugares como bares entre otros, sin duda tenían una vida increíble.

Recibí una llamada así que puse la llamada en el auto.

-Señor la señorita Anderson salio sola de su casa.

-No la dejen sola -exigí -Siguela y me avisas a dónde va.

Me dedique a conducir, hasta que habían enviado la ubicación de Iris. Así que me dirigí hacia allá.

Llegue a un centro comercial, estaba tan tranquilo, y comencé a buscar la biblioteca en dónde ella estaba. Al llegar le pedi a los dos hombres que cuidaban de ella que se fueran.

Asintieron y yo entre a la biblioteca, era un lugar grande con mucha luz, adornos de plantas artificiales por las paredes y olor a café. Habían estantes de libros, revistas, biografías, etc.

Me fui adentrando en el sitio poco a poco hasta que la vi. Estaba en la sección de Romance, ahora sabía que regalarle.

Observaba cada libro con mucho interés, en ocasiones soltaba una que otra risita, eso me llenaba el corazón, verla sonreír de esa manera aceleraba mi corazón y me hacia sentir mariposas en el estómago.

Vi que tomó tres libros, se sentó al fondo del pasillo en una mesa, pidió que la atendieran, en cuanto vi a la muchacha que iba a atenderla la detuve.

-Disculpe -la solté del brazo para que no se asustara -Todo lo que pida esa señorita yo le pagaré, no deje que le de dinero, pero no le diga que yo se lo pedi.

-Por supuesto, no se preocupe señor -dijo amablemente para luego ir hacia donde se encontraba Iris.

Tome asinto a unas cuantas mesas de ella, tenía un libro en sus manos y encima de la mesa habían dos más envueltos en plástico, supongo que esos eran los que compraría.

𝙀𝙣 𝙩𝙪𝙨 𝙧𝙚𝙙𝙚𝙨 (+18🚫) 𝚃𝚘𝚖 𝚁𝚒𝚍𝚍𝚕𝚎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora