≡。゚Chapter 11

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Jinyoung no tenía ni idea de cuánto tiempo había dormido, se despertó algunas veces, lo sabía, cada vez se removía lo suficiente como para tropezar con el retrete, con la vejiga llena a rebosar y los intestinos escenificando una revuelta fundida, antes de poder volver a la cama tambaleándose, era el envenenamiento por plata, lo sabía, la mayor parte del tiempo dormía, pero eso no lo hacía más agradable, sin duda, los demás estaban en un estado similar por su parte, siempre se sentía realizado si podía engullir el agua que le habían dejado e pasar algo de comida antes de que el sueño le volviera a tomar, siempre era comida sencilla, trozos de pan y queso, a veces un caldo o una empanada, no le importaba mucho, la comida era la comida, al menos no vomitaba nada.

Finalmente abrió los ojos a la luz del día que entraba por la ventana, necesitando el retrete pero sin sentir esa especie de delirio que prometía más inconsciencia una vez saciado, Jinyoung se arrastró hasta los codos y miró a su alrededor sin comprender, sus baúles estaban apilados frente a él, junto a una mesa con más comida, se sintió un poco confundido al darse cuenta de que tenía los pies descalzos y estaba... limpio, con ropa limpia, limpia y... no suya, no reconocía esos pantalones ni la túnica, alguien lo había lavado, lo había vestido a él y a sus heridas, sus magulladuras eran de un feo color amarillo, la mayoría de sus cortes estaban lo suficientemente curados como para no preocuparse de que se reabrieran en poco tiempo, podía abrir ambos ojos sin dificultad y el corte de su pierna ya no necesitaba vendaje.

¿Cuánto tiempo había estado fuera?.

Hizo su camino al retrete, aliviado cuando todo lo que salió de él fue orina, y volvió a tropezar para comer su comida, el Omega dejó la puerta abierta, se sentó en el borde de la cama y se acercó a la pequeña mesa, había tomado la costumbre de beber directamente de la jarra, pero esta vez se obligó a verter primero el agua en la taza proporcionada.

Había engullido dos tazas de agua y estaba comiendo un trozo de queso encajado en un rollo cuando alguien llamó a su puerta, Jinyoung levantó la vista, todavía masticando, para ver a Nayeon apoyada en el marco de la puerta, tenía mejor aspecto, bien descansada y con sólo una salpicadura de moratones amarillentos.

- ¿Te vas a quedar con nosotros esta vez?.-

- Creo que sí, ¿Cuánto tiempo llevamos aquí?.-

- No cuento el haber llegado aquí al amanecer.- reflexionó la beta, acercándose a sentarse en un baúl, cruzando los brazos.- Así que cuatro noches, ahora que te has levantado le daremos una más, y luego nos iremos.-

Jinyoung hizo una pausa a medio masticar.- ¿Cuatro noches? ¿He estado durmiendo durante cinco días?.-

- Es casi mediodía, así que cuatro y medio.- corrigió ella, moviendo los labios.- Los curanderos locales se ocuparon de todos, pero había un límite en lo que podían hacer por ustedes, los Shifters, dijeron que tenian la mayor concentración de plata en sus sistema, era de esperar.-

- ¿De quién es esta ropa?.-

- Son nuevas, las recogí mientras los sanadores se ocupaban de ti, me tomé la libertad de limpiarte una vez que terminaron, de nada.-

- Gracias, ¿Cómo están los demás?.-

- Bien, Minnie y Namjoon se despertaron ayer definitivamente, estaban entrando y saliendo también, los imbéciles se exigieron demasiado a sí mismos.-

- ¿Cuánto tiempo has estado despierta?.- preguntó Jinyoung, reanudando su comida.

- Dos días, ya sabes que siempre llevo encima un alijo de energía salada, Jinyoung-ssi.- reprendió Nayeon, con los labios fruncidos.

- ¿Yeong?.-

Su sonrisa se desvaneció.- Se está ganando una mala reputación en la taberna y el burdel, Jaebeom habló con Yoongi, ya sabes, si sigue así, puede que el duque no llegue a Lawrence, ya sabes lo peligroso que puede ser viajar, los accidentes ocurren todo el tiempo.-

✧❂✧ The Sun of HuntraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora