≡。゚Chapter 26

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Jinyoung no recordaba la última vez que se había sentido tan avergonzado, le habían llenado la bañera por segunda vez cuando Jaebeom regresó, y para entonces ya era un poco más él mismo, era una bendición y una maldición.

Cuando Jaebeom se sentó en un taburete junto a la bañera, el Omega le tendió la mano, agarrándole la manga con una mano mojada y balbuceando.- Lo siento, Jaebeom, lo siento mucho, lo siento, no quise decir nada de eso, lo siento, yo- .-

- Tranquilo, Jinnie, está bien, tú estás bien, no necesitas sentirlo.- su Alfa le había sacado la mano de la manga, devolviéndole el brazo a la bañera, y luego revisó su té, mientras rellenaba la taza, preguntó.- ¿Probaste el kringle?.-

Era casi surrealista, sobre todo después de haber presenciado uno de los episodios de Haneul, Jaebeom seguía siendo muy amable con él, engatusándolo con comida y bebida, mimándolo tanto que se metía debajo de los pies.

Al final salió del agua, pero se quedó en los baños, sentado en una habitación llena de vapor sobre una repisa envuelto en una toalla, pasaron horas antes de que se le aliviara la opresión en el pecho y sintiera que podía respirar de verdad, esa había sido una de las primeras cosas que había notado, el pecho apretado como si una boa de la selva se hubiera enroscado alrededor de su torso y hubiera empezado a apretarlo, respiraba por la boca, tratando de tomar suficiente aire mientras repasaba los informes lo más rápido posible sin dejar de ser minucioso, una tarea aún más difícil cuando las manchas bailaron sobre su visión, al final era difícil saber si su letra parecía extraña porque sus propios ojos le traicionaban o porque no había podido mantener firmes sus dedos temblorosos, la sensación de terror y espanto alimentó la ansiedad creciente, el calor y los escalofríos recorrieron alternativamente sus extremidades, y al final sintió que había tardado aún más de lo debido en completar su tarea.

Cuando se levantó bruscamente de la silla, se tambaleó, la vista se le nubló brevemente y perdió el equilibrio, durante un instante se preguntó si iba a desmayarse, pero recuperó la visión y se sintió lo bastante estable como para salir corriendo, sabía que no respiraba bien, o tenía la sensación de que no lo hacía, y subir corriendo las escaleras le había reducido la vista a lo que era un túnel, no había corrido tanto como cojeó inestablemente hasta la habitación más cercana, abriendo a empujones varias puertas antes de divisar una ventana.

Se tambaleó hasta ella, las abrió de un tirón y miró al cielo mientras se daba cuenta.

Se había ido, el sol se había ido, se lo había perdido, el sol se había puesto mientras él trabajaba dentro, y no tenía ni idea de cuándo o si volvería a verlo.

Fue entonces cuando sus pensamientos se desintegraron por completo, no podía controlarlos, y mucho menos seguirles la pista, las lenguas caían unas sobre otras, cayendo en espiral hacia una desesperación tan oscura, fría, solitaria y sin sol que le daban ganas de gritar, lo habría hecho si hubiera podido respirar bien.

En algún momento le había llegado la rabia, pero sólo era una parte más de un lío ya enorme, no se había dado cuenta hasta que su marido estuvo con él de que no era suya, o tanto como había podido en ese momento, no le gustaba, no le gustaba que Jaebeom estuviera enfadado con él, por haber hecho enfadar a Jaebeom, naturalmente, su única reacción había sido empeorarlo, empujándolo, golpeándole el pecho hasta que puso espacio entre ellos, gritándole, no tenía ni idea de si las cosas hirientes también habían salido de sus labios, esperaba que no, Jaebeom no se lo merecía.

Su memoria de las cosas más allá de eso era caótica, sabía cosas como que lo habían engatusado para que caminara hasta los baños, sabía que había dejado que Jaebeom le quitara las botas, sabía que se había dejado engatusar para que lo metieran en un baño caliente con comida y bebida para tratar de ayudarlo a calmarse, recordó a Jaebeom, a Nayeon y a Jackson, recordó a Nayeon arrodillada junto a su bañera, acariciándole el pelo húmedo cuando ya no rechazaba el tacto, prometiéndole en voz baja que nadie lo molestaría, que Jaebeom se estaba asegurando de que esto no volviera a ocurrir.

✧❂✧ The Sun of HuntraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora