≡。゚Chapter 32

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Jaebeom miró hacia atrás por encima del hombro, observando cómo los últimos miembros de la caravana subían por la colina, exhaló un suspiro, el aliento se le nubló delante de la cara mientras volvía a mirar hacia delante, ya casi habían llegado, en unos kilómetros más podrían verlo, estaban saliendo de las estribaciones, a través de un paso rocoso fuertemente vigilado durante todo el año, en gran parte porque tenía la distinción de ser transitable once meses al año.

Sólo había esperado hasta marzo porque se tardaba ese tiempo en recorrer todo el camino con seguridad, y este paso sólo estaba bloqueado en enero, su caravana era pequeña, en general, la mitad de ellos iban armados y blindados, soldados y guardias de palacio que se habían ofrecido voluntarios para dejar a Lawrence con ellos, todos aquí eran voluntarios, él no había obligado a nadie a ocupar este nuevo puesto, incluso a los enviados por delante se les había permitido negarse.

Una semana antes de abandonar su capital, otra caravana había partido hacia Líbano, la capital original de Huntra, no estaba abandonada, sólo poco utilizada, los enviados por delante habían sido dirigidos por Jackson y Minnie, habían ido con su propia compañía del ejército del rey, sirvientes, artesanos, canteros, carpinteros y algunos magos más, para limpiar la nieve y las telarañas, para empezar a hacer habitables de nuevo algunas partes del viejo castillo.

Le había animado tener a tanta gente que quería participar, ayudar, a algunos les movían causas más cerebrales, ansiosos por revitalizar sus raíces, por poner sus manos en la historia que yacía entre aquellos viejos muros, algunos querían un reto, la mayoría conocía personalmente a Jinyoung, del palacio, de la universidad.

Impala avanzaba con paso pesado, Yoongi y Jihyun cabalgaban justo delante de él, Namjoon y Hoseok justo detrás, como la mayoría de la caravana, iban armados y alerta, Jimin y Kina conducían el carro detrás de ellos, con sus cachorros, la mujer de Hoseok, Yuna, y su hijo Taehyung conducían el carro delante de ellos, ambos carruajes estaban llenos de baúles, pertenencias personales, les seguían más suministros, ya que los comerciantes iban a añadirlos a sus rutas en los próximos meses.

Cuando llegaron a la última subida, el tejado de la Torre del Líbano por fin empezaba a hacerse visible en la distancia, Jaebeom se miró los brazos.

Había descubierto que Jinyoung se ponía enfermo si viajaba en carruaje, y la única forma de evitarlo era sentándose en el asiento del conductor, Jaebeom no tendría ningún problema con que montara solo a Grace, pero había tenido que ponerle fin el mismo día que salieron de Lawrence, su Omega seguía dormitando en la silla de montar, y después de la tercera vez que se había caído, o lo ataba a su asiento o lo hacía montar con alguien, los instintos de Jaebeom ya eran intranquilos, tener a su compañero demasiado lejos de su alcance no serviría, así que había ido alternando, conduciendo un carro para dar un respiro a la gente con Jinyoung a su lado o montando en Impala, con su compañero sentado delante.

- Oye, Jinnie, ya casi llegamos, ¿Lo ves?.-

Tuvo que sacudir un poco el brazo para que el leopardo se removiera, Jinyoung estaba sentado frente a él sobre el lomo de Impala, con las piernas colgando sobre su costado derecho y la grupa sobre el izquierdo, firmemente acurrucado en el regazo de Jaebeom, con un brazo alrededor de su cintura, sujetándolo con fuerza, Jaebeom se alegró de haber usado su silla militar, que era más plana por delante y facilitaba la tarea, Jinyoung estaba abrigado con muchas capas, ropa interior larga, polainas y túnica de lana gruesa, un pesado abrigo largo y, encima, uno de los abrigos largos de invierno de Jaebeom, era más un amasijo de telas y pieles que otra cosa, con gruesos guantes en las manos, un suave paño grueso y suave alrededor de la cabeza y un cálido gorro, si agachaba la cabeza lo justo, ni siquiera se le veían los ojos, una mano rodeaba el cinturón de Jaebeom, pero por lo demás era como sostener una pesada muñeca de trapo en el regazo, era la única razón por la que rotaba tanto a los carros, se le cansaban los brazos, pero no iba a dejar de hacerlo, prefería mantener a su compañero lo más cerca posible, y así era más fácil vigilarlo.

✧❂✧ The Sun of HuntraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora