Cuando pasaban las tormentas de verano, en el Líbano tenían nuevas barreras con las que enfrentarse, la ciudad había sido edificada para dar cabida a la creciente mano de obra, la mitad de los muelles se habían construido alrededor de los embarcaderos que habían sido utilizados por los pescadores locales, se habían rehecho las carreteras que iban de la torre a la ciudad, así como la mayoría de las carreteras principales dentro de ella, era todo lo que habían podido hacer en los cortos meses entre el invierno y el verano.Fue en julio cuando Jinyoung sintió que podía soportar estar en el agua, incluso entonces, estaba fría, tenía que vadearla rápidamente, sumergiéndose en agua salada helada para acostumbrarse más rápido, ya pasaba mucho tiempo en las playas, cuando podía, pero esperaba que hasta la mitad del verano le hiciera más llevadero el baño.
No fue así, pero estaba decidido a intentarlo de todos modos.
Jaebeom lo siguió y observó cómo doblaba la ropa en un montón en la playa, la dejaba sobre las botas y se dirigía al agua sólo con su ropa interior, esperó a que Jinyoung se hubiera sumergido, temblando en las olas que le llegaban al pecho, para gritar.
- ¡Creía que odiabas el frío!.-
- ¡Sí lo odio!.-
Le gritó, sobre todo para que no se oyera el castañeteo de sus dientes, estaba acostumbrado a que el mar estuviera más frío que la temperatura ambiente, pero se estaba haciendo a la idea de que era el precio a pagar por nadar en una masa de agua llamada el maldito Mar del Norte.
- ¡¿Qué tal?!.-
Jinyoung frunció el ceño.- ¡Adelante, el agua está estupenda!.-
Su marido sonrió y se dispuso a quitarse la ropa, resoplando, pero sin oponerse a que Jaebeom lo acompañara, volvió a sumergirse y nadó hasta que sus pies dejaron de tocar el fondo rocoso, nadó un poco a lo largo de la orilla y dio media vuelta cuando Jaebeom empezó a vadear para unirse a él, el leopardo se rio cuando su compañero hizo lo mismo que él, tapándose la nariz y sumergiéndose una vez que estuvo a suficiente profundidad.
- Tienes razón, el agua es estupenda.- dijo sonriendo, con el agua cayéndole por la cara y el cabello pegado a la cabeza.- ¿Cómo aprendiste a nadar tan rápido?.-
- ¿Rápido?.-
- Sí, eres un maldito pez.-
Jinyoung ladeó la cabeza, acababa de nadar por la superficie, con los pies pataleando, estirando las manos aplastadas por encima de la mano en constantes brazadas, cada vez que pasaba el brazo izquierdo por encima de la cabeza, podía girar la cabeza hacia la derecha para respirar, en lugar de levantarla hacia arriba, lo que le habría hecho ir más despacio, era una técnica de natación bastante común, buena para nadar en superficie, poco sigilosa pero se podía cubrir terreno rápidamente.- Estoy oxidado, hace años que no nadaba.- ya respiraba con dificultad.
- Si tú lo dices.-
- ¿Quieres que te enseñe?.-
Jaebeom alzó las cejas.- Sé nadar, Jinnie.-
- Ah.- miró a lo largo de la costa y luego señaló donde empezaban los acantilados, un banco de arena rocosa sobresalía y se estrechaba, formando una especie de pequeña cala, señalando el punto más lejano, dijo.- ¿Una carrera hasta allí?.-
- ¿En serio? ¡Eh!.-
En lugar de discutir, Jinyoung tomó aire y se dirigió hacia el montón de piedra gris oscura, podía oír el chapoteo mientras Jaebeom lo seguía, pero esperó hasta estar a mitad de camino para arriesgarse a echar un vistazo atrás, su compañero se estaba quedando atrás, aun así, esperó hasta llegar al punto final, enderezándose en el agua, de pie sobre el fondo arenoso, esperando a que Jaebeom lo alcanzara.
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✧❂✧ The Sun of Huntra
FantasyJinyoung, príncipe primogénito de la corona Enoquiana, ha vivido su vida en gran medida fuera de la vista del público, su padre es un firme partidario de la tradición, y tener un Omega como primogénito es vergonzoso, Jinyoung ni siquiera heredó la r...