𑁍 𝐂𝐚𝐩𝐢𝐭𝐮𝐥𝐨 𝐓𝐫𝐞𝐬 𑁍

779 94 15
                                    

Cuando Regulus abre lo ojos, el sueño que había estado teniendo se pierde en abismo que se nubla cada vez que intenta recordar. Su cuerpo se mantiene sobre el suave colchón que lleva suaves sabanas de seda y algodón; mismas que son de color crema y almohadas que se han estado amontonado a un lado de su cuerpo.

Pasa uno de sus brazos por encima de su rostro, evitando que la molesta luz del sol le dañara su vista.

—Regulus, ¿Estás despierto?— interrogan desde el otro lado de la puerta

—Sí— exclama el Black, para después soltar un suave suspiro y ponerse de pie —Ya voy bajando

—Te espero— responde su hermano

Regulus suspira. Desde el accidente de Thomas, Sirius había estado con una conducta sobreprotectora hacía él,  le buscaba con la mirada y se encargada de que llegara a su salón asignado. Un lindo gesto, ¿No? Pero estaba el hecho de que él no había tenido ese gesto con él con anterioridad.

Cuando sale de la cama, camina hacía el baño que comparte con su hermano y su misión es bañarse de una buena vez.

El agua templada baja por su cuerpo delgado; sus pensamientos vuelan hacia múltiples cosas, pero siempre terminan en una misma persona; Thomas Riddle. Suspira, y permite que el jabón neutro limpie los rastros de plumón que se había embarrado en la noche. Sólo pocos minutos después, sale del baño, con la toalla rodeando su cuerpo y con la interior puesta.

Desde su bocina portátil en forma de champiñón, se puede escuchar la lista de reproducción que Luna le había compartido la otra vez. «Rabiosa» de Shakira acompaña el ambiente, mientras saca su ropa de ese día. A diferencia de Sirius que gustaba en vestirse con colores negros y pantalones pegados, él prefería la ropa holgada, de preferencia que haya salido amistosamente del armario de su hermano para no volver a ver.

A vista de que esa mañana estaba calurosa, llevaba una bermuda de color café claro, una camisa blanca con el logo The Beatles y unos vans negros. Sus cabellos negros son secados con otra toalla que su madre le había proporcionado, mientras alejaba que era anti-higiénico que ocuparán una toalla para secar todo.

Una vez listo, baja hacia la cocina, donde la voz de su madre ordenándole a una de las damas que contrato, le da la bienvenida. Su padre está ausente como ya era de esperarse, pero Sirius parece estar terminando algún proyecto pendiente, su madre; por otra parte, se acerca a él con una sonrisa.

—Buenos días —saluda, logrando que Sirius le de una sonrisa y centre su atención nuevamente en los apuntes —Mamá, ¿Dónde esta papá?

—Orión fue al aeropuerto, tu abuelo ha decidido venir— expresó tranquilamente Walburga

—¿El abuelo Arcturus?— interroga Sirius, cerrando su computadora y centrando su atención en su madre —¿Sigue vivo?

Regulus suelta una risa y Walburga regaña suavemente a Sirius, aunque ella también se siente divertida.

—Siri cariño, deja esos comentarios— pide Walburga, para después ir a la cocina y volver —Por cierto, Gloria y Magdalena tomaran sus vacaciones dentro de dos días, así que si necesitan algo deben de decírselo de ya para que ellas puedan terminar todo e irse sus dos meses libres

Sirius y Regulus asienten. Gloria y Magdalena tenían entre cuarenta y cincuenta, llevaban trabajando para la familia desde antes que Sirius naciera, eran buenas personas y aunque habían tenido la oportunidad de renunciar cuando quisieran, ellas decidieron quedarse con ellos por un buen tiempo.

Cuando terminaron de desayunar, se despidieron de su madre y de las dos damas que estaban en la cocina, mismas que devolvieron el saludo con una sonrisa.

𝐋𝐚 𝐍𝐮𝐞𝐯𝐚 𝐕𝐢𝐝𝐚 𝐃𝐞 𝐓𝐨𝐦 𝐑𝐢𝐝𝐝𝐥𝐞 «𝐑.𝐁𝐥𝐚𝐜𝐤»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora