Madre Magia ha tomado una decisión y es permitir que Tom Riddle tenga una nueva vida con una familia que tanto le pueda amar y le de lo que se merece, pero nunca espero que las cosas florecieron de manera sorprendente.
Tom Riddle ha tomado el posic...
Charlie Weasley estaba en la sala de profesores. Ese día llevaba un prefecto traje azul que resaltaba su cabello rojo y sus ojos azul celeste. Estaba leyendo los proyectos que ya por fin se le había sido entregado, sinceramente estaba agradecido de poder tener calificaciones ya listas y no dejarles tarea para las vacaciones de semana santa.
Estaba concentrado en las cosas, cuando de pronto, escucha un «crack» y al alzarla vista, puede ver que ahí estaba un Neville Lovegood con dos cafés en la mano.
—Sinceramente, me sorprende más el hecho de que no estés con Luna— expresa Charlie, mientras tomaba el vaso de café
—Fue a ver ha Tom— expresa Neville
Charlie le mira con sorpresa, no puede creer lo que ha escuchado.
—Bueno, sinceramente, no me lo esperaba, pero dime, ¿Por qué ha decidido ir a verlo?— cuestiona sorprendido Charlie
—Ni idea— niega Neville, para después sonreírle —Pero conociendo a Luna, podemos esperar hasta milagros
Ambos se miran y sonríen. Luna era capaz de todo.
—Neville— llama Charlie, captando su atención —¿Qué haremos respecto a James y Lily? No creo que sea los indicados para cuidar de Harry
—Lo se, pero no se lo que podamos hacer— niega Neville, mientras da unas cuantas vueltas en la silla giratoria —Oh bueno, no sabemos que pensar, ella es un dolor de cabeza, Evans es la peor
Charlie siente que puede temblar con solo recordar a Lily Evans. Aceptaba la madre de Harry en su momento, era una hermosa mujer, pero la señorita frente de él era una pequeña (enorme) pesadilla, pues parecía que nunca se iba a quedar quieta y lo peor era cuando comenzaba sus extrañas insinuaciones, ya fuera hacía él o algún otro profesor.
—Luna la tiene más fácil —suspira Neville, para después mirar su celular —Tenemos una hora más antes de que comiencen las clases, voy por comida, ¿Quieres algo?
—Si por favor— le mira Charlie, para después observar a su amigo y alumno— Un emparedado o una malteada
Neville asiente y después desaparece, dejando al pelirrojo solo. Mismo que suspira, y sigue revisando los documentos que se le ha enviado.
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Tom y Spencer habían decidido ese día irse en el transporte publico a la escuela. Agradecían que entraran después de las nueve, así el transporte iba un poco más vacío. Con mochilas apoyadas en sus respectivas piernas, ambos hermanos estaban apoyados mutuamente en el otro, el aire que ingresaba por la pequeña ventana, les daba paz, y pasando el mercado de la ciudad, los asientos vacíos se llenaron y el suave olor de la cocina casera que acababan de pasar llego a sus fosas nasales, provocando un suave ruido en el estomago de Spencer.
—¿No comiste lo suficiente?— cuestiona Tom a su hermano
—¡Lo hice!— exclama Spencer —Es más, hasta te quite uno de tus huevitos hervidos