𝐂𝐚𝐩𝐢́𝐭𝐮𝐥𝐨 𝐓𝐫𝐞𝐢𝐧𝐭𝐚

301 31 1
                                    

Tom había decidido no invadir la mente de su hermano, y no es porque no quisiera, sino por el simple hecho de que podía notar como la mente misma; era un tornado de pensamientos diversos y caóticos. En su lugar se centro ante la loca idea que su abuela le estaba diciendo a sus padres, respecto al nuevo abuelo y solo el de arriba sabría que locura había hecho esa anciana como para decir aquello.

—¿Amo?— llamaron, era cuervo, quien se arrastraba a donde estaba él y en su cabeza, por algún extraño motivo, iba un sombrero de paja.— ¿En que piensa? 

Primero que nada, en lo rara que te ves con ese sombrero, ¿De dónde lo sacaste?— pregunto Tom

—El amo Spencer me lo dio, se veía muy emocionado y no le pude decir que no— negó Cuervo 

Tom resopla. Era más que claro, al único que se le ocurría tal cosa era a Spencer, pero tampoco era como que él y Cuervo pudieran enojarse, ya que el castaño no lo hacía con malas intensiones. 

—Bueno, quitando eso de lado, ¿Sabes que es aquello que rodea la puerta de la casa?— interrogo, señalando la fina puerta de cedro que tenía una pequeña capa de magia de color dorada

—¿No lo puso usted?— pregunto sorprendida el enorme réptil 

—No que yo recuerde— niega Tom

Si él no había puesto el hechizo que estaba en la puerta de su casa, entonces ¿Quién lo hizo? Eso es lo que tendría que averiguar. Dándole un huevito a Cuervo y volviendo su atención al cereal de vainilla que estaba degustando, pero aun así, su vista a veces pasaba hacía la puerta y su curiosidad aumenta. ¿Quién habría puesto aquella magia alrededor de la puerta? 

—¡Buenos días familia!— exclamó Spencer de pronto, para después mirar alrededor.— ¿Hermano? ¿Por qué estas solo tu aquí? ¿Dónde esta el resto?

—La pregunta correcta sería, ¿Las cruda ya se les paso?— bromeo Tom 

Spencer tiene que retener la risa que ansia salir, era lógico que sus padres aun no se recuperaban de la cruda que habían tenido por aquella salida en honor al cumpleaños de su madre. A apiadándose de su hermano y sus padres, Tom puso más café en la cafetera, contando tres cucharadas y disfrutando del adictivo aroma que se esparcía.

—¿Huevos?— interrogó Tom, mientras señalaba al sartén que había ahí 

—¿Y si mejor te invito lo que quieras en la cafetería?— sonrió Spencer

—¿Me quieres sobornar?— se burló Tom, para después cubrir el alimento con una tapa de cristal.— Porque me has convencido vámonos 

—Que bueno, porque sin que te enojes, quiero hablar con Charlie— dijo de manera tímida el castaño 

Tom mira a su hermano. Se sentía celoso, claro que si, era su hermano, su primer hermano, pero tampoco era que pudiera privarlo de tener sentimientos por alguien, por lo cual, lo dejaría pasar, aunque sea doloroso.

—Cuervo, ¿Vienes?— interrogó Spencer, agachándose y tendiendo su mano hacía el enorme réptil

Sin necesidad de hablar pársel, la enorme serpiente se dejo llevar por Spencer y con un hechizo gracias a Tom, la enorme serpiente se volvía tan pequeño que se podía camuflajear en sus finos cabellos castaños, así que alegres, salieron de la casa, dejando una nota pegada justamente frente de la cafetera, quería llegar a tiempo a la escuela.


¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
𝐋𝐚 𝐍𝐮𝐞𝐯𝐚 𝐕𝐢𝐝𝐚 𝐃𝐞 𝐓𝐨𝐦 𝐑𝐢𝐝𝐝𝐥𝐞 «𝐑.𝐁𝐥𝐚𝐜𝐤»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora