𑁍 𝐂𝐚𝐩𝐢𝐭𝐮𝐥𝐨 𝐂𝐮𝐚𝐭𝐫𝐨 𑁍

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Luna Lovegood era especial y en varios sentidos.

Fue el mismo día (en la noche) donde Thomas Riddle había ingresado al hospital, había comenzado a sentirse mal, muy mal y también su mellizo Neville. Mientras le trataban de bajar la fiebre, con paños húmedos y el aire acondicionado en la temperatura baja, tuvo un tipo de viaje astral.

Esa noche, había soñado (vivido) con una guerra en un castillo, que parecía ser hermoso en tiempos pasados. En dicha guerra, ella corría por pasillos destruidos, con algo en sus manos, parecía estar desesperada, y a su lado; había un castaño. La pelea que estaba ocurriendo; parecía acabar con la vida de todos y entre los escombros que había, podía ver a dos personas, un joven de ojos verdosos y un hombre de ojos rojos. El sueño no lo recuerda en si, lo único que tiene fresco es la voz de una mujer pidiendo que tuviera un buen futuro junto a lo seleccionados y ahí estaba ella. Luna Pandora Lovegood; dentro del cuerpo de su contraparte.

En aquellos momentos, mientras camina hacía su tienda de accesorios favorita, su mente viaja a los sucesos que han pasado. Llegar un mundo nuevo no es algo que le sorprenda, ni tampoco el hecho de que tiene que cuidar de un Lord Oscuro, de hecho se le hacía algo divertido.

Los tacones de sus botines golpetean el suelo de azulejo, cuando su vista se posa en dos personas, una rubia y otra pelirroja, mismas que al verla, dejan de prestar atención a lo que hay en los aparadores y le detallan con una suave sonrisa en sus rostros.

—¡Hola!— saluda emocionada ella —Lamento la demora, me entretuve en unas cosas

—Luna— saluda el pelirrojo, mientras se cruza de brazos y le regala una sonrisa —Ahora si te has tomado tu tiempo, mi zafiro

—Culpa mía— se disculpa la rubia, para después observar a su mellizo —¿Ya pusieron el plan en marcha?

—Cerca, solo que parece que Riddle esta renuente a acercarse a nosotros— explico Neville para después observar al pelirrojo

—Estará a la defensiva— asegura Luna, para después observar al pelirrojo —¿No quieres dejarnos más tarea en equipo?

—Acaso te gusta que arda Troya— se burlo Charlie, para después asentir rápidamente —Puedo, pero dudo que les guste

—Mientras nos sirva para tener un progreso, bienvenido sea— comentó Luna

—Saben, es irónico— llamo la atención Neville —Anteriormente hubiéramos buscado la manera de matarlo, y ahora lo protegemos

Tanto Charlie como Luna le dan la razón. En el pasado, hubieran buscado la manera de destruir a Voldemort, pero ahora tenían que protegerlo y llevarlo por un camino que le proporcionara la felicidad que se le había negado. Recuerdan bien la promesa que le han hecho a madre magia, mientras lloraban a su amigos (e interés amoroso de Charlie) mientras estaba en coma, todos celebraban la caída de Voldemort, pero nadie se preocupo por las heridas que Harry Potter había tenido, nadie estuvo a su lado velando al de ojos verdosos, más que ellos y pocas personas más, ni siquiera Ronald y Hermione, que se hacían llamar sus mejores amigos estuvieron con él, a diferencia de Ginny quien había aceptado que su amor no era correspondido, temía perder a su amigo, e incluso Malfoy había cuidado de él, diciendo que aunque fueran enemigos; jamás desearía la muerte del Potter, pues no era tan bastardo para desearlo. Durante ese período de tiempo, donde cuidaron y velaron por él, madre magia se presentó ante ellos y les había dicho que había una posibilidad de darle a Harry la vida que realmente merecía, pero que para ello, ellos tenían que hacer una serie de tareas correspondientes para poder tener el resultado favorable, y la primera era acercarse a Thomas Riddle, y eso harían.

—Oigan— llama Charlie de pronto, captando la atención de los dos rubios —¿Evans no tendrá una fiesta este sábado?

—¡Oh es cierto!— exclamo Neville —Ha invitado a prácticamente toda la universidad, me sorprende que muchos confirmaran su asistencia

𝐋𝐚 𝐍𝐮𝐞𝐯𝐚 𝐕𝐢𝐝𝐚 𝐃𝐞 𝐓𝐨𝐦 𝐑𝐢𝐝𝐝𝐥𝐞 «𝐑.𝐁𝐥𝐚𝐜𝐤»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora