Normalmente, después de hacer ejercicio nos sentimos más felices y menos estresados. Esto no es de extrañar, ya que se ha demostrado que el ejercicio regular beneficia tanto al bienestar físico como al mental.Esto se debe a que el cuerpo produce endorfinas, que no solo regulan nuestro cuerpo, sino que también pueden hacernos sentir mejor. A nivel neuronal, las endorfinas envían señales y estimulan nuestro cerebro y sistema nervioso.
Cuando estos niveles son altos en nuestro cuerpo, la mente tiende a fortalecerse más que el cuerpo durante el ejercicio. Muchas veces, esta mente fuerte nos da un poder genuino e incomprendido. Cuando es necesario, podemos hacer cosas fuera de lo común, como levantar más peso del que deberíamos ser capaces o realizar actos extraordinarios e ilógicos.
Esto ocurre porque, independientemente de cuán fuerte sea nuestro cuerpo, la mente siempre puede ser aún más poderosa.
DONES Y MALDICIONES
CAPITULO:
CUERPO Y MENTE
Sin lugar a dudas, las semanas parecían pasar más rápido de lo habitual. El sofocante verano se había apoderado de la Pitonisa. Las noches eran cortas y agobiantes; las mañanas, de clima agradable, y las tardes, tolerables siempre que estuviéramos cerca de la piscina; de lo contrario, eran un seco y caluroso calvario.
La convivencia mejoraba cada día, ya que no quedaba tiempo para discutir o preocuparse por cosas triviales debido al ajetreo en el que estábamos inmersos. Tanto tiempo nos ocupaba el entrenamiento y las clases que Sayen y yo ni siquiera habíamos podido salir de la Pitonisa para ensayar a solas. Mucho menos habíamos tenido tiempo para pasar momentos de ocio y relajación con los demás chicos. Al contrario, creo que cada uno, cuando encontraba un momento para estar a solas, lo aprovechaba para aislarse de forma voluntaria.
El entrenamiento se volvía cada vez más arduo e intenso. Los capacitadores, Neculman, Helena, Víctor y Abel, habían diseñado nuevas asignaturas para complementar y agregar a lo ya aprendido. Esto implicaba muchas más horas de clases teóricas y prácticas, dejándonos sin tiempo para nada.
Por las mañanas, teníamos todo el tiempo ocupado entre asignaturas. Abel seguía enredándonos y complicándonos con infinitos aparatos y programas de sabotaje de sistemas y señales. Aunque en teoría no sonaba tan mal, ya que era interesante y entretenido, se volvía abrumador con tanto lenguaje técnico y cálculos difíciles.
Lo que realmente desmotivaba eran las clases de Helena. Sus libros de filosofía y control emocional eran horriblemente aburridos, al punto de que en más de una ocasión me sorprendió dormido en mi asiento. Sus clases duraban aproximadamente dos horas y eran extensas y agotadoras.
Por suerte, luego de eso teníamos una hora para almorzar, que era el único momento en el que podía distraerme y despejarme solo. Sin embargo, después de comer, con el estómago lleno, debía prepararme para los entrenamientos con Víctor.
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Dones y Maldiciones
Science FictionEn una sociedad impulsada por avances tecnológicos y científicos, un grupo de jóvenes psíquicos se enfrenta a una conspiración devastadora. Los Místicos, un grupo de esotéricos carismáticos, han maniobrado con habilidad a la sociedad y al estado, p...