68. Capitulo Final : Dharma

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El dharma significa deber y poder

Al seguir el dharma, nos alineamos con el orden natural del mundo, como el río que fluye en armonía con su cauce.

Cada acción que tomamos, cuando está en sintonía con el dharma, resuena en perfecta armonía con el tejido del universo, creando un equilibrio entre lo interno y lo externo.

Es en esta alineación que encontramos la plenitud, no en la búsqueda de recompensas externas, sino en la satisfacción de vivir auténticamente y con propósito.El dharma nos recuerda que, al cumplir con nuestro deber sagrado, no solo contribuimos al bienestar del mundo, sino que también nos acercamos a nuestra propia realización. Es el sendero iluminado que, aunque a veces puede ser desafiante, nos guía hacia una existencia plena y significativa, donde cada paso y cada decisión se convierten en una danza con la vida misma.

 Es el sendero iluminado que, aunque a veces puede ser desafiante, nos guía hacia una existencia plena y significativa, donde cada paso y cada decisión se convierten en una danza con la vida misma

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DONES Y MALDICIÓNES

Capitulo final

Dharma

Mi despertar fue confuso y doloroso.

El polvo y la ceniza me envolvían, como si el fuego y el caos se hubieran fusionado en una nube densa.

Mi cuerpo estaba cubierto de rasguños y contusiones y el dolor era un recordatorio cruel de lo que acababa de perder.

Me esforcé por abrir los ojos, tratando de enfocar mi visión en medio del humo y el resplandor que aún persistían tras la devastación del edificio.

Las llamas seguían devorando lo que quedaba del palacio mistico.

El crepitar del fuego y los gritos apagados eran los únicos sonidos que llegaban a mis oídos, mezclados con la desesperación de aquellos que aún buscaban a Sayen. Las voces eran difusas, pero algunas palabras se destacaban en medio del caos, su nombre resonaba repetidamente.

"¡Sayen!" gritaba alguien, con una voz que estaba llena de angustia.

"¡Sayen, responde!" clamaba otro, con un tono desesperado y roto.

Intenté levantarme, pero el dolor me detuvo. Me apoyé en una pared cercana, mi cuerpo temblaba mientras luchaba por ponerme en pie. Finalmente, logré encontrar el equilibrio y me arrastré hacia el lugar de donde venían los gritos, con la esperanza de encontrar a alguien, de hacer algo que pudiera cambiar la desesperanza que me envolvía.

Al llegar, me encontré con Alen, Sakin, Lig-ray y Borys. Cada uno de ellos parecía estar en su propia lucha, con rostros marcados por la preocupación y el dolor.

Sakin estaba en el suelo, sus manos cubrian su rostro mientras sollozaba en silencio. Alen se movía rápidamente, con su mirada frenética buscando en medio de las ruinas.

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