Una mentira es como un pequeño eco en la oscuridad. Al principio, parece inofensiva, casi imperceptible. Pero con el tiempo, ese eco se amplifica, resonando en las sombras de la mente. Lo que comenzó como una simple distorsión de la verdad se convierte en un laberinto de ilusiones, donde cada paso retumba con un miedo creciente.
Eventualmente, la mentira cobra vida propia, un susurro constante que te persigue, distorsionando la realidad. Y cuando al fin intentas escapar, descubres que estás atrapado en un laberinto de tu propia creación, donde la verdad ya no tiene salida, y la oscuridad se ha vuelto tu única compañía
DONES Y MALDICIONES
CAPITULO :
Terroristas y mentiras
—Te doy la bienvenida oficial a tu nuevo hogar —me dijo Nahuel mientras abría la puerta de la cabaña.—Deprisa, que quiero ocupar el baño —dijo Levican, apartando al chico rubio de la puerta cuando se abrió.
El chico corrió rápida y desesperadamente hacia el fondo del pasillo, donde en medio de las tres habitaciones de la cabaña se encontraba el baño.
—Bueno, Quimey, ¿sabes cocinar? —me preguntó Nahuel, mientras se estiraba en el sillón y prendía el televisor.
—La verdad que no mucho, pero puedo hacer el intento —le respondí, sentándome también en el sofá.
—Sería muy bueno porque yo no sé cocinar, y Levican, cuando cocina, prepara cosas muy malas —me dijo el chico con una mueca de asco en su cara.
—¿Solo vivimos los tres en esta cabaña? —le pregunté.
—Sí, solo los tres. De hecho, sinceramente yo pedí que tú estuvieras en esta cabaña.
—¿Por qué? —pregunté con una expresión de broma.
—Porque llevo muy poco tiempo en este lugar y aún no tengo a alguien con quien charlar. Ya te pudiste dar cuenta de que Levican es una compañía nerviosa y callada.
—Jajaja, sí, de eso no me cabe la menor duda —le respondí.
—Hay seis cabañas en total en este lugar, pero solo cuatro están habitadas.
—¿Y quiénes son los que comparten techo? —pregunté.
—Mmm, bueno, en la primera cabaña vive Neculman, y puedo deducir que ahora se le unirán como compañeros esos tres nuevos instructores. La segunda la comparten las chicas: Sayen, Agel y Lig-ray. La tercera y cuarta cabaña están vacías. La quinta cabaña es la del trío de serios: Aukan, Alen y Sakin. Y la sexta es esta —terminó de decir con una mueca graciosa en su cara.
De pronto, golpearon la puerta. Nahuel me miró con una expresión que me indicó inmediatamente que no pretendía moverse de ese sillón para abrir, por lo que me levanté. Al abrir, grande fue mi sorpresa.
ESTÁS LEYENDO
Dones y Maldiciones
Science FictionEn una sociedad impulsada por avances tecnológicos y científicos, un grupo de jóvenes psíquicos se enfrenta a una conspiración devastadora. Los Místicos, un grupo de esotéricos carismáticos, han maniobrado con habilidad a la sociedad y al estado, p...