22. Laberinto energético

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Un laberinto es un enredo del espacio entorno a un centro configurado por una serie de caminos elaborados que tienen por finalidad proteger su centro o evitar que algo o alguien salga de él.

Sus caminos nos obligan a recorrer senderos que no escogemos, limitan nuestra libertad y opciones y acaban llevándonos a callejones sin salida.

Esto mismo se refleja en la vida. Miles de caminos que conducen a nuestro destino y solo unos pocos o tan solo uno, es el correcto.

 Miles de caminos que conducen a nuestro destino y solo unos pocos o tan solo uno, es el correcto

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DONES Y MALDICIONES

CAPITULO :

LABERINTO ENERGÉTICO

A pesar de ser aún de mañana, el día prometía ser uno de los más calurosos de la primavera.

El sol quemaba lentamente y el aire era seco y caliente; ni siquiera el viento refrescaba y apaciguaba este calor. Por suerte, un gran árbol me protegía con su sombra y un pequeño arroyo refrescaba mis pies con el agua de las colinas que lo bañaban.

A ratos podía cerrar mis ojos y simular la misma sensación de tranquilidad y relajación que me daba estar en aquel acantilado de la costa donde solía ir a despejar la mente.

Sentía esa tranquilidad y soledad. Solo el respiro de Sayen interrumpió mi trance.

No podía decir que la chica había sido una de las mejores compañías, pues, con excepción de un “—Hola, Quimey, me alegra mucho que estés bien, quería invitarte a dar una vuelta—”, que dijo la muchacha cuando abrí la puerta de la enfermería, y un “—Cuidado con ese alambre de púas—” cuando pasamos los límites de las instalaciones para llegar a este maravilloso lugar de paz, la chica no había dicho ninguna palabra más.

—Siento mucho si te asusté o te hice daño —dije, rompiendo el inquietante silencio, mirándola a los ojos.

—No te preocupes. Debo admitir que me diste un poco de miedo; no me esperaba nada de lo que ocurrió en la prueba. Pero la próxima vez, yo misma te estrangularé —dijo riendo.

—Me parece justo —dije, con una sonrisa.

—Te pido disculpas por todo lo que pasó.

—Aceptamos tus disculpas, descuida; todo sucede por alguna razón, y fue mejor enterarnos ahora de tu parte kalku que habernos enterado de otra forma menos apropiada —dijo la chica, alborotando su cabello.

—Tienes toda la razón.

—Ahora solo debes concentrarte en dominar tus habilidades y sacar provecho de todo tu potencial —dijo la chica.

—Envidio tu control y calma —dije, mientras lanzaba una piedra al arroyo.

—Yo envidio tu impulsividad y carácter —dijo Sayen, tirando una piedra al arroyo también.

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