6. Travesuras

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—¡Profesor! — grito el Omega, haciendo una pausa para recuperar el aire que había perdido gracias a su pequeña carrera — Necesito hablar con usted, ¿por favor?

El viejo alfa asintió con una sonrisa, permitiéndole al Omega recuperar el aliento. Harry tomaba fuertes bocanadas de aire, nunca había sido la persona más atlética del mundo.

—Yo... — trato de hablar nuevamente — ¿Puedo hacerle unas preguntas?

— Adelante, espero que no te moleste que me tomé una taza de café mientras lo haces — el alfa le mostró la taza de café en su mano. Harry le sonrió de vuelta.

El señor Williams le hizo un gesto para que lo siguiera al interior de una de las aulas.

— ¿En qué puedo ayudarte?

—Oh, bueno — era el momento para que Harry lograra inventarse una excusa coherente — Tengo un importante examen esta semana y... — En su mente era una buena excusa — tengo algunas dudas acerca de un tema en uno de sus libros, ¿Podría por favor explicarme?

Los ojos del profesor brillaron ante la posibilidad de poder hablar de su pasión. Asintió con la cabeza, asombrado con el nivel de compromiso de ese alumno.

— Digamos que en el caso muy, muy, muy hipotético, ¿Que es lo que tendría que hacer si me encuentro un lobo con una pata rota?

El alfa frunció las cejas en confusión.

El alfa frunció las cejas en confusión

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Louis estaba aburrido. Y tenía hambre. Mucha hambre.

Intento cojear hacia la cocina, y aunque lo logro no sirvió de mucho. Trato de abrir la puerta del refrigerador, se decepcionó fuertemente cuando descubrió que en la parte inferior solo se encontraba una gran cantidad de verduras.

Asombroso, mi Omega es vegetariano... Definitivamente, voy a morir de hambre.

Louis ni siquiera se dio cuenta del término con el cual se había referido a Harry. Demasiado distraído viendo fijamente al congelador.

¿Y ahora qué?

Cojeo de vuelta a la sala de estar y miro el reloj. No debía de faltar demasiado para que el Omega estuviera de vuelta. Tendría que esperar por la comida, y ... ¡oh! Sí que se iba a encargar de hacer todo el ruido posible para despertar a Harry en la madrugada como una pequeña venganza.

Dio un par de vueltas para acomodarse en su pequeño nido, estaba a punto de tirarse para volver a dormir, pero... Se le ocurrió otra travesura.

Levantó sus orejas y movió su cola alegremente cuando comenzó a frotar su cuerpo en cada uno de los muebles del Omega; Marcándolos con su olor.

Que si bien en realidad la travesura solo era la tonta fachada para sus verdaderas intenciones... Louis no lo iba a admitir.

Cuando terminó se sintió extremadamente feliz. Moviendo la cola de un lado a otro, disfrutando de como su olor se mezclaba con el del Omega. Solo le faltaba un lugar: el cuarto de Harry.

Under the blue snowDonde viven las historias. Descúbrelo ahora