5 años después.
La casa de Harry y Louis había sido acogedora desde el primer momento en que vivieron juntos. Y aunque ya había trascurrido un tiempo lo suficientemente significativo para que algunas pequeñas cosas cambiarán, la esencia seguía siendo la misma.
Una casa de dos pisos un poco a las afueras de la ciudad en proporción con el gran patio con el que Louis había sido más que exigente. Fachada de ladrillos grises con la gran cantidad de ventanas que se encargaban de iluminar el exterior, la gran puerta de madera negra y el jardín que Harry se encargaba de cuidar por las tardes.
El interior era una mezcla de tonos cálidos cómo lo eran el café claro y el blanco, nada extravagante en realidad, pero a los dos les había gustado desde el primer momento en que remodelaron. Pero más importante que los muebles o la distribución de las habitaciones, eran las pequeñas cosas que la hacían suya; los zapatos distintivos de cada uno junto a la entrada, los libreros llenos de libros de medicina, pero al mismo tiempo de libros de Arte y de galerías, las pinturas y las fotos colgadas en las paredes, la pequeña mancha de café que Harry había derramado sobre la alfombra cuando había estado jugando con Louis en su forma de lobo. Todos esos pequeños detalles insignificantes, pero que le daban valor sentimental a la propiedad, habían sido esas paredes las que habían presenciado cómo la pareja solo se volvía más unido día con día.
Las habitaciones extra habían servido para cuando sus amigos se quedaban, lo cual regularmente era dos veces al mes. Era algo así como una tradición, mantenían las noches de juegos y las comidas de forma regular, tratando siempre de ser constantes en la vida de los otros, tanto como les era posible con lo atareado de sus agendas.
Zayn había abierto su propio consultorio.
Niall había terminado siendo recomendado por Louis en el mismo lugar donde el alfa puro trabajaba.
Y Liam había decidido empezar una especialidad.
Sus amigos también fueron los primeros en enterarse del compromiso y de la marca, siendo un poco imposible para Harry y para Louis el ocultarlo de ellos. Louis creía que aún podía recordar a la perfección los gritos de Liam, los saltos de Niall, y la sonrisa de Zayn cuando se enteraron.
Por su parte, Louis y Harry no habían cambiado.
Seguían peleando en el supermercado cuando no estaban de acuerdo en que cosas llevar y cuáles no, seguían siendo los mismos jóvenes que se sentaban en algún sitio al azar del pasillo con pijamas y copas de vino en sus manos; momentos en la que su felicidad se sentía tan simple e infinita como tan solo ver sonreír al otro y conversaciones de las que nadie más tendría conocimiento.
Por qué nadie más que esas cuatro paredes sabrían cómo hablaban hasta a la madrugada sobre otros universos y sobre otras galaxias, como se contaban historias de fantasmas de manera susurrada y las conspiraciones extrañas que los dos creaban cuando estaban demasiado desvelados.
Habían disfrutado de los años en los que solo habían sido ellos dos, cada segundo siendo más valioso que el anterior.
Pero tal vez era el momento de expandir algunos horizontes.
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Under the blue snow
FanfictionLouis Tomlinson, uno de los escasos y respetados raza pura. Demasiado terco para escuchar las advertencias de su mejor amigo cuando esté le avisa del mal clima. Claro que cuando Louis salió a correr esa tarde jamás pensó en ser atropellado por un e...