23 . Disculpa

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El frío fuera del apartamento de Louis y Zayn era intenso.

La nieve comenzaba a cubrir los senderos y los árboles, la temperatura bajaba tanto que los estudiantes comenzaban a necesitar capas de ropas extra para poder salir y tomar sus clases, el café y el chocolate caliente comenzaban a volverse necesarios.

Pero a Louis le encantaba.

Su cuerpo siempre se mantenía tibio, regulándose a la temperatura del frío ambiente. El alfa incluso dormía en su forma de lobo para disfrutar por completo el clima. Louis se acababa de levantar, había tomado una larga siesta en la tarde, casi parecía que había caído desmayado , ¿Cuántas horas había dormido? ¿Seis o cinco?

Caminaba por el pasillo del apartamento mientras se estiraba; alzando sus brazos por encima de su cabeza. La única prenda que llevaba eran sus suaves pantalones de franela, luciendo los tatuajes de su pecho y pisando el frío piso con sus pies descalzos. Zayn, por el lado contrario, estaba acurrucado sobre uno de los sillones. El pelinegro vestía un suéter cuello de tortuga, jeans y calcetines con el estampado de lo que parecía ser un reno; Totalmente concentrado en las imágenes que se reproducían en la televisión, con una taza de chocolate caliente en sus manos.

—No entiendo cómo es que no tienes frío — le dijo cuando noto a Louis entrando a la sala.

—No entiendo cómo es que tú si tienes frío — contraatacó Louis mientras se sentaba a su lado, enfocándose en la televisión, creía que era una película de terror.

Zayn hizo un sonido incrédulo con la garganta

—Las personas normales lo hacen.

—Los alfas también son más cálidos — se burló Louis mientras rodaba los ojos. —¿No es cierto?

—Pero no salimos a revolcarnos en la nieve.

Los dos se quedaron callados, atentos a los gritos de la chica en la televisión. La secuencia de la persecución llenando el silencio, haciéndolo cómodo.

—¿Cómo estás? — pregunto el pelinegro para continuar la conversación. —¿Estás mejor?... ¿Bien al menos?

Era la primera vez que Zayn le preguntaba cómo estaba desde que Louis había hablado con Harry.

El chico le había dado su espacio, pero siempre se había asegurado de que Louis estuviera bien, Louis estaba seguro de que Zayn pensaba que él no notaba cuando se asomaba casualmente en su habitación para ver su estado o el cómo casualmente el refrigerador había estado lleno de sus comidas favoritas.

Tal vez Zayn no lo expresaba con palabras, pero se preocupaba por Louis.

—No— contesto Louis, sincero — Estoy... No sé cómo estoy — se rio de sí mismo — Supongo que me siento triste pero, ¿Menos pesado? Siento que me quite un peso de encima, pero definitivamente me duele no poder buscarlo. —explico con las cejas fruncidas.

—Él va a llamarte.

—¿Por qué? — pregunto con filo en su voz — ¿Por qué somos destinados?

—Bueno, pues sí, ¿No es así como funciona? — Zayn interpretó que la conversación se alargaría, así que se enderezó en sillón y dejo su chocolate en la mesa de centro — Vamos, Bolt, Suéltalo.

—Quisiera que así funcionará —Louis negó — No por ser destinados significa que inevitablemente vamos a estar juntos. Tenemos una fuerte conexión, sí, pero es solo una parte de la ecuación — comenzó a explicar, echando su cabeza para atrás y recargando su cabeza en el respaldo del sofá — somos instinto, pero también somos seres racionales. No siempre lo que te dice tu lobo es lo que tú realmente quieres hacer.

Under the blue snowDonde viven las historias. Descúbrelo ahora