Louis Tomlinson, uno de los escasos y respetados raza pura. Demasiado terco para escuchar las advertencias de su mejor amigo cuando esté le avisa del mal clima.
Claro que cuando Louis salió a correr esa tarde jamás pensó en ser atropellado por un e...
No lo había encontrado, había querido buscar su olor, pero este desaparecía entre la marea de gente.
El alfa entendía los millones de explicaciones y posibilidades que podían estar pasando por la mente del rizado. Entendía que el Omega, su Omega, necesitaba explicaciones. Algo que lo ayudara a parar el tren de pensamientos erróneos que seguramente estaba teniendo. Y Louis realmente estaba dispuesto a dárselas. Había necesitado una hora de regaños por parte de Liam y Zayn para decidir. Iba a decirle todo a Harry, incluso se preparó mentalmente para cualquier cosa que pudiera pasar.
Había tenido tanto miedo de perder al Omega al decirle la verdad, que no se dio cuenta de que en realidad podría perderlo al decirle mentiras.
No sabía lo que iba a pasar, pero tenía que hacerlo.
—¿Disculpa?—llamo a uno de los compañeros de Harry —¿Has visto a Harry?
—¿Harry?— le contesto el beta.
—Ya sabes, un hermoso Omega, ojos verdes, sonrisa brillante con hoyuelos incluidos —Describió, enlistando con sus dedos cada una de las características que amaba del Omega —Cabello brillante y rizado.
El beta se rio enternecido.
—Sí— lo paró —sé a quién te refieres.
—¿¡Sí!?— Louis sonrió feliz, no era mucho, pero era algo —¿Sabes dónde está?
—Bueno...— el Beta hizo una pausa para recordar, tocándose la barbilla en un gesto pensativo — la última vez lo vi con Alex, creo que iban en dirección al lago.
¡El puto lago!, ¿Cómo no se le había ocurrido?
—Gracias. Te debo una —agradeció antes de salir disparado en la dirección que le había sido indicada.
Apenas iba a mitad de camino cuando se dio cuenta.
¿Cómo que con Alex?
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A Harry le había costado convencer a Alex.
Para un alfa, marcar a un Omega con su olor ... Era un poquito, muy, personal. Algo que solo hacían las parejas o los amigos realmente cercanos, Pero después de explicarle la situación y que el alfa viera lo mal que se sentía Harry, decidió ayudarlo e incluso acompañarlo a ver a Louis y fingir un poco.
Harry había terminado por completo impregnado de ese olor a naranja que caracterizaba a Alex. Su Omega le decía y le repetía que no era tan bueno, que no era nada comparado a cuando su aroma se mezclaba con el de Louis.
La vainilla y el café...
Cómo sea, Harry ignoraba el sentimiento lo mejor que podía.
Sabía que probablemente era hora de ir a buscar a Louis, se había imaginado su reacción toda la mañana y ahora no podía ir a buscarlo. Se sentía un poco patético estando ahí sentado, dejando que los minutos pasarán en lo que él agarraba valor.
