31 . Graduación

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—¿Qué hay de este?

Louis hizo una mueca en desaprobación y negó con la cabeza.

—Demasiado pequeño — contesto el alfa.

Vio como Harry dejaba caer su cabeza sobre la mesa, justo junto al teclado de la computadora. Estaban sentados uno junto al otro con la computadora de frente y abierta en algún sitio de bienes raíces; buscando por el próximo apartamento de Louis en Londres.

Llevaban casi toda la mañana del sábado en eso, pero no habían encontrado nada aún, Louis estaba siendo exigente con respecto al próximo lugar donde iba a vivir ... Pero tenía una buena razón.

—¿Qué quieres decir con demasiado pequeño? — pregunto Harry, pareciendo juntar toda la paciencia que podía.

—Quiero una casa.

—¿¡Una casa!?

—Sí— dijo Louis mientras se encogía de hombros — una casa.

—¿No sería mejor un apartamento?

—No— negó el lobo — Quiero una casa.— repitió

—¿Por qué?—insistió Harry — es muy grande para que estés tú solo.

Louis sonrió, detrás del brillo de su sonrisa podías adivinar un secreto, un secreto bien guardado en la punta de su lengua que luchaba por querer salir. Estaba ahí, presente, pero ocultó.

—¿No te das cuenta, pequeño Omega?

—¿No...? — pregunto, notablemente confundido al fruncir el ceño y mirándolo con los ojos entrecerrados.

A Louis no le sorprendió.

Prefirió no contestar. Tomo el mousse de las manos de Harry y cambio el sitio en el que estaban buscando.

—Eres demasiado exigente — hablo Harry después de ver cómo el alfa descartaba opción tras opción de manera rápida — Ni siquiera las ves bien.

—¿Qué tal si tú escoges una?

—¿Yo? — Louis asintió con una sonrisa — Es tu casa, lobito.

Dios, dame paciencia.

Quiero saber tu opinión — contesto — ¿Por favor? — pregunto con un puchero.

Harry bufó suavemente, pero no se negó otra vez, comenzado a deslizar el cursor por toda la página y leyendo todas las opciones. Louis observó como fruncía las cejas en concentración, sacando la lengua por la esquina de su boca y arrugando la nariz en algunas ocasiones.

Después de unos minutos, Harry pareció finalmente interesado en una de las opciones.

—Me gusta está — señalo el Omega, empujando la pantalla hacia Louis para que pudiera ver.

El alfa asintió, tomando la computadora y viendo lo que Harry le mostraba.

Era perfecta.

—¿Me vas a decir ya por qué quieres una casa y no un apartamento?— dijo el Omega con cierta persistencia.

Louis tarareó en forma de negación.

—¡Louis!— Harry lo golpeó levemente en la muñeca — ¿Por qué no?

—¿Y por qué sí?— dijo Louis con una sonrisa astuta.

Harry fingió sentirse ofendido, levantándose de la mesa y alejándose hacia la cocina sin mirar al alfa nuevamente. No pasaron más de diez segundos para qué escuchará la silla, siendo arrastrada por el piso seguido de los pasos del Alfa yendo tras él.

Under the blue snowDonde viven las historias. Descúbrelo ahora