Capitulo 6

640 102 9
                                    

Camino alrededor de las mesas, esquivando a la gente que pasa, abro la puerta de la cocina, adentrándome en ella, las personas siguen cocinando sin prestarme atención, miro a todos aturdida, se mueven rápido en este lugar, la puerta se abre empujá...

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Camino alrededor de las mesas, esquivando a la gente que pasa, abro la puerta de la cocina, adentrándome en ella, las personas siguen cocinando sin prestarme atención, miro a todos aturdida, se mueven rápido en este lugar, la puerta se abre empujándome a un lado, me doy media vuelta dispuesta a salir huyendo.

—Reconocería esos ojos en cualquier parte —dicen detrás de mí.

Me giro lentamente, encarando a la persona, quien me observa orgulloso.

Camino lentamente hacia él, no pierdo tiempo, lo envuelvo en un cálido abrazo. Me permito disfrutar de la sensación, de la esencia que lo acompaña.

Se siente como en casa.

—¡Ben! —digo emocionada.

—¿Qué es lo que haces aquí? —frunce el ceño—. Pensé que aun estarías bajo los reflectores de la gran ciudad.

—Solo vengo de paseo —me encojo de hombros.

—Y has venido a ver a tu viejo amigo —complementa.

Lo miro dudosa.

Nunca es bueno mentirle a Ben, él lo sabe todo.

—Se supone que me encuentro en una cita —le explico, dejando de lado los detalles feos.

—¿Y por qué estás aquí? —señala la cocina.

Realizo un mohín.

—Mi cita es un completo fracaso —hago una mueca, quejándome tal cual niña inmadura—, estoy segura de que desearía estar en cualquier lugar que no sea aquí.

—¿Qué es lo que sucedió? —cuestiona preocupado.

Pienso en que responder, pero no tengo una respuesta, ni yo sé que paso.

—No lo sé —confieso—, lo único que sé es que me trato mal, incluso insinuó que soy una descerebrada.

—Eso es inaceptable —refunfuña, señalándome—, tú eres la chica más inteligente que he conocido.

—Gracias —coloco un mechón de cabello detrás de mi oreja.

—¿Quieres comer algo? —propone, asiento contenta.

—Quiero el especial de la casa, un postre de chocolate —pienso un poco—, también quiero dos botellas de tu mejor vino.

—Lo mejor para nuestra chica favorita —me giña un ojo.

—Por cierto, mi cita dijo que el pagaría la comida, así que carga todo a la mesa seis —sonrío emocionada.

—Ben —habla el innombrable—, voy a pedir comida para llevar, mi cita se ha ido.

Me giro ligeramente para encararlo, su cabeza se asoma por la puerta, me da una mirada confundida, sonrío incomoda.

—Oh, ahí estas —su voz suena fastidiada.

30 años, ¿Y qué? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora