Capitulo 28

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Quedan exactamente 4 capítulos para el gran final 😔❤️...... Ya no puedo esperar ❤️❤️❤️

—Estoy agotado —espeta molesto

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—Estoy agotado —espeta molesto.

La puerta retumba con el portazo que da.

—Ya es malo que mis amigas entren cuando quieran, ahora mi prometido también lo hace —me quejo—. ¿Qué sucede?

—La loca de Isa no deja de acosarme —se queja, camina dando vueltas en circulo—. La veo en cada lugar que voy, es frustrante.

—Está enamorada de ti —sonrío—, es lógico que te persiga.

—Si, pero me siento acosado —rueda los ojos—. La quiero lejos de mí.

—Solo es por hoy —prometo—. ¿Nos vamos a comer?

—Por favor —dice mientras observa la ventana, vigilando que la chica no esté cerca.

Guardo mis cosas dentro de mi bolsa, apago la computadora después de cerrar todos los documentos.

—Listo —le doy una cálida sonrisa.

Tomo su mano, caminamos así hasta llegar a la recepción, no pone resistencia mientras lo conduzco por los pasillos.

—Vamos a comer pollo—pido, acaricio mi estomago—. Muero de hambre.

—Vamos a comer lo que quieras —accede, me toma de la cintura—. Pollo, pizza, lasaña, lo que tú quieras.

Seguimos caminando entre risas y coqueteos, jugando al igual que un par de adolescentes, al final, una voz irritante nos intercepta antes de lograr llegar a la puerta que conduce al exterior.

—Hola, supe que irían a comer —chilla Isa—. ¿Puedo acompañarlos?

Mis valores me prohíben negarme.

—Claro —asiento.

—Nick me dijo que están comprometidos —hace una mueca.

Miro al susodicho, quien se encoge de hombros.

—Si, es reciente —me limito a contar.

—Charli hablo mucho de ti, dijo que eres una persona especial, que eres como una estrella de rock, vaya sorpresa que me llevé —sonríe.

Ladeo la cabeza, me acerco al guardia de seguridad para firmar mi salida.

—¿Sorpresa? —entrecierro los ojos.

—Si, por la forma en la que él te describió —intenta pensar en las palabras correctas—, pensé que serías más... llamativa —sonríe.

—¿Llamativa? —entorno los ojos, coloco la última firma en la hoja, le entrego la pluma a Nick—. Lo siento, pero mi cerebro no se puede ver, así que no me encuentras llamativa.

30 años, ¿Y qué? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora