Capitulo 8

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Camino por el impecable recibidor de la cadena de televisión, siempre he amado este lugar, es tan moderno y pulcro, justo lo que llama la atención de todo el mundo que entra por las puertas de cristal

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Camino por el impecable recibidor de la cadena de televisión, siempre he amado este lugar, es tan moderno y pulcro, justo lo que llama la atención de todo el mundo que entra por las puertas de cristal.

—Señorita —me saluda el portero, asiento en forma de saludo.

Mis tacones producen un perfecto sonido cuando tocan el piso, anunciando mi llegada, esta es la ventaja de que Vargas nunca este, siempre tengo este momento para mí, o eso creía hasta que llego a los cubículos.

—¿Qué es lo que sucede aquí? —pregunto, miro con horror la escena que esta frente a mí.

Todos se mueven de un lado a otro, llevan carpetas repletas de documentos en sus manos, nada parece estar bien.

—Te llamé varias veces —se queja Emma, quita el auricular de su oído.

—Emma, ¿por qué hay un caos en la oficina? —cuestiono, ignoro su queja.

Camina hacia a mí, dándose prisa, me entrega el auricular que antes se había quitado, lo coloco en mi oreja, ajustándolo a la medida. Una voz irritante se escucha al otro lado de la línea, dando órdenes al azar.

—Vargas, Vargas es lo que sucede —dice irritada—, llegó ayer en la tarde, nos hizo venir a la oficina, arruinó todo nuestro trabajo, quiere convertirnos en un chiste, ¡todo va a salir mal! —aprieta los labios.

Me quito el auricular, callando los gritos que salen de él, Vargas está más irritante de lo normal, Dios nos libre de que quisiera dedicarse a la política, sería una horrible dictadora.

—Tranquila —intento consolarla—. ¿Sobre quién van a hablar?

Revisa las carpetas que hay en su escritorio, esparciendo los papeles por toda la superficie, botando un par al piso, levanto algunos de los papeles, pero no logro comprender lo que hay en ellos, la mayoría son cifras, graficas con abreviaturas, las cuales nunca he visto en el pasado.

—Sobre un chisme, ¡solo eso! —grita frustrada—. Solo es un chisme, siento que toda mi carrera es una basura. ¿Ahora escribimos sobre chismes? Siempre hay algo que respalda la información —estruja los documentos en sus manos—, aquí no hay nada que respalde los datos.

Ruedo los ojos, espero que no sea otro de sus ataques, mi amiga es un poco perfeccionista, se frustra cuando nada sale como ella quiere, consecuencias de su carrera, todo debe ser perfecto.

—Debemos estar tranquilas —la tomo por los hombros, haciendo que se concentre en mi—. ¿Consultaron el tema con los abogados?

Niega.

Ahora veo la gravedad del problema, podríamos enfrentarnos a una posible demanda, algo que destruiría el lugar donde trabajamos.

—¿De qué trata el chisme? —intento sonar tranquila, pero fallo.

30 años, ¿Y qué? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora