Un jarl era la persona delegada por el jefe, tenía tierras, y gobernaba sólo su porción de terreno, pero no gozaba de riquezas como un jefe..
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Capítulo 4: El Jarl
"Sin embargo muchos buenos seres humanos no están tratando de hacer cosas buenas,
¿qué hacer con los malvados que están esperando impacientes, y que, en un segundo de los posee la maldad destructiva
para deshacer todo el trabajo que los buenos seres humanos han estado trabajando pacientemente durante toda su vidas?
Cómo luchar contra la furia de un Dragón. –Cressida Cowell
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Iban volando, en silencio.
La cara de enojo en el rey no era despistada en absoluto.
Hiccup sabía que había cometido un error.
Se había imaginado aventuras y que ser valiente era algo divertido, pero se equivocó. En su intento por ser un hombre, lo único que consiguió fue asustarse, mentir, engañar a su leal instructor, poner en peligro su vida, las de sus dragones y en especial la vida de su mejor amiga, Astrid.
El costo de aprender a crecer y la importancia de obedecer había cobrado la vida de un magnífico dragón.Conforme avanzaron por el vasto océano el relieve peculiar de Berk comenzó a verse mucho más de cerca, eso sólo significaría que pronto llegarían y seguramente implicaría una regañina mucho mayor por parte de sus padres, el temible padre de Astrid y ni hablar de su mamá.
Todo el camino de regreso no dejaba de pensar en eso, iba metido en sus pensamiento que ni se detenía a escuchar los sollozos de su amiga rubia, quien continuamente miraba hacia atrás, donde había dejado el cuerpo de su hermoso dragón.
Sin dar previo aviso, Stoick se detuvo, rodeándolos.
-Gobber... llévate a la princesa Astrid. Dile a sus padres lo que ha acontecido con ella y su dragón. -demandó con autoridad mientras Skullcrusher gruñía en atención a su amo y rey.
-Claro Stoick. –el armero bajo su cabeza en señal de recibir la orden y comenzó a redirigir su dragón.
-Yo tengo que darle a Hiccup... una lección.
Los dragones, Astrid y el regordete rubio lo miraron, como si le dieran condolencias por lo que el jefe le tenía planeado.
-Vamos, Astrid. –comentó Gobber, cauteloso. –Hiccup... –habló en voz bajita para que el rey no escuchara. –Am... buena suerte. Escucha a tu padre.
Los infantes se miraron por última vez. –Es en serio... creo que fuiste muy valiente. –musitó la rubia, saltando y montando a Grump, el dormilón Eructcalido de Gobber.
Por indicación de Stoick, Toothles, Stormfly e Hiccup aterrizaron en un pequeño farallón, a unos metros de las primeras caletas de Berk.
Los centinelas y vigías de la isla atendieron la presencia del jefe y su hijo. Con una simple señal éstos se fueron del área.
Hiccup, por su parte descendió temeroso de su dragón y vio a espaldas de su padre, quien ya se había adelantado un poco. Lo vio imponente, como si fuera una montaña, y más cuando observó su sombra de cara contra las últimas luces de ese día, después miró la de él. Nunca, por más que lo intentara, podría igualarlo, ese día había aprendido eso. Stoick era inmenso pero él era pequeño.
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El jefe vikingo
FanfictionNació para ser un jefe pero la envidia y la amargura de su propio tío le impusieron otro destino. Escapar fue la solución, pero ahora debe luchar contra su pasado con tal de tener la esperanza de un mejor futuro para él y para los suyos. "El pasado...