27. La separación

92 7 10
                                    

Capítulo 27: La separación

.

.

.

.

.

-¿Qué intentas decir?

-Astrid, debo liderar a la armada de la isla y acabar con lo que mi tío inició, pero... alguien debe quedarse cuidando a Berk.

La rubia empezó a sospechar lo que iba a ocurrir, pero Hiccup no le dio tiempo de hablar.

-Tú eres la reina. Creo que debes quedarte aquí.

Silencio total.

-¿Quedarme? –preguntó para rectificar lo que había escuchado, o bien, para darle oportunidad a Hiccup de cambiar su jugada. Astrid se puso de pie, golpeando la mallugada mesa. -¿Es en serio?

El rey asintió calmadamente. –Sí.

La rubia empezó a respirar furiosa.

-Hiccup, no puedo creer que ni tenemos tres semanas de casados y tú ya te quieres deshacer de mí. Privándome de ayudar a MI reino.

-No me quiero deshacer de ti, ¡por Thor! –exclamó el rey.

-Entonces iré contigo. Sabes de sobra que toda la vida me he preparado para un momento como éste. –intentó hacerle explicar.

-Mi lady, sé a la perfección de todas tus cualidades y virtudes, pero... -habló con voz calmada.

-¿Pero qué? –exasperó.

-No será un lugar seguro. –intentó convencer, ofreciéndole un vaso con agua.

-Claro que no. –negó la bebida. –Es la guerra, no hay lugar más inseguro. Cualquier lugar carece de seguridad en esas condiciones; eso es lo que nos diferencia de un refugio.

Hiccup se llevó una mano a su cabello despeinándolo ante la situación incómoda que veía venir. El rey iba a alzar la voz, pero en eso los dragones se les quedaron viendo.

No era preciso hablar en ese lugar, además había algunos sirvientes.

-Creo que debemos seguir esto en otra parte. –murmuró el jefe.

Astrid se cruzó de brazos, socarrona. -No.

El castaño se desesperó. -¡Pero qué terca eres!

-Es mi mejor cualidad. –exaltó. –Entonces sabrás a la perfección que no aceptaré un NO por respuesta. Aquí y ahora discutiremos esto. Es mi reino también. Hice un pacto de compartir la corona, yo cuidaré de mi gente.

Hiccup tragó duro. Sería una plática bastante agotadora.

No les quedó más remedio que buscar otras maneras para arreglar su primera crisis matrimonial.

.

.

.

El jefe vikingoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora