Capítulo 10: La Lady Escudera (Parte I)
"Pero no estoy realmente perdida,
porque no importa dónde estés,
siempre y cuando sepas quién eres".Camicazi, Cómo Robar la espada de un Dragón. –Cressida Cowell
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Los años pasaron en la Orilla del Dragón, o mejor dicho, según los gemelos, Thortonton; la amistad se forjó por necesidad quedó soldaba bajo el fuego de la lealtad ciega y honesta desde el momento en que se conocieron.
Hasta el momento Hiccup no había mencionado nada de su pasado en Berk, incluso en ocasiones él llegaba a creer que había sido un sueño y que su vida había iniciado cuando él despertó en la cabaña de Fishlegs, pero después el dolor volvía tan real cada sentimiento de culpa.Por otro lado, los gemelos sí se sinceraron entre ellos, comentaron que habían sido cazadores en una tribu de mala fe, y que escaparon cuando se sintieron incómodos acerca de cómo trataban a los dragones, obviamente en el camino se toparon con dos dragones, un Cremallerus y una adorable Gronckle que hicieron de sus vidas algo increíble. Aunque les causaba dolor mencionar lo que habían hecho por los reptiles, agradecían a esa tribu porque habían aprendido de guerra y de las características principales de los dragones, mismas que los habían sacado de apuros en más de una ocasión.
Muy lejos de ese paradisiaco lugar, Berk estaba más y más pobre. El alimento no daba abasto, aldeanos y dragones morían día a día y el orgullo que un día fue la isla, ahora era una pena horrible, sin embargo, ese día la historia volvió a cambiar, justo en el momento en que unos cuantos berkianos vieron un Nadder volar en la oscuridad de la noche rumbo a lo desconocido.
-Vuela... -murmuró un hombre, deseando con todas sus fuerzas que todo cambiara.
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Esa tarde, igual de loca que todas las que habían vivido durante los últimos años no pintaba diferente, eso lo supo Hiccup cuando decidió ir a su tradicional vuelo al atardecer en compañía de los dragones, justo antes de que sus amigos empezaran a cantar al encontrarse solos en el soto.
Los vikingos prepararon sus gargantas y en desfile, empezaron a bailar y a disque entonar una de las melodías tradicionales entre ellos que se inventaron.
-En el bosque tan imponente, el jefe duerme yaaaa. –desafinó el Tuff moviendo exageradamente sus manos, sintiendo el poder inexistente de la música. -¡Canten conmigo! –pidió alzando a su inseparable gallina por el aire, hasta que unos apetitosos gusanos llamaron la atención del animal, haciendo que perdiera el rumbo.
-En el bosque tan imponente el jefe manda yaaaa. –coreó Ruffnut mientras movía con exceso los brazos y resto de cuerpo en compañía del noble Fishlegs.
-"Ougwiiiiii..." –cantó el regordete amigo con tonos excesivamente altos.
–¡No te oigo hermano! –solicitó la rubia, de último momento, sin perder la rutina arrítmica que llevaba.
Pero se metió un dedo al oído por creer que su hermano le haría segunda voz, o al menos intentaría hacerlo, pero se equivocó.
La vibra se interrumpió.-¿Tuff? –preguntó volteando a ver a los lados, dándose cuenta que ni él ni la gallina estaban por allí.
-Estaba aquí hace un segundo. –comentó Fishlegs, encogiéndose de hombros.
Lo buscaron por breves momentos pero no había señales de él. –Quizá, ya sabes, buscó un árbol para hacer sus necesidades. –opinó Fishlegs con una tímida sonrisa, conocedor de las costumbres poco agradables del rubio.
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El jefe vikingo
FanfictionNació para ser un jefe pero la envidia y la amargura de su propio tío le impusieron otro destino. Escapar fue la solución, pero ahora debe luchar contra su pasado con tal de tener la esperanza de un mejor futuro para él y para los suyos. "El pasado...