Capítulo 7: Los fugitivos
"Mi único y verdadero amor se desvaneció, y mi corazón se rompió ese día"
Cómo romper el corazón de un dragón. –Cressida Cowell
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El sol estaba en su cénit.
Todo indicaba que sería un día caluroso, algo inusual en esa parte del mundo, contrastando con los húmedos, nublados y fríos periodos que experimentaban durante varias temporadas al año.
Muchos animales (entre ellos dragones) utilizaban esos territorios para migrar, pues aquella isla estaba ubicada en la zona más oculta y hermosa del archipiélago.
Varias aves de rapiña empezaron a aglomerarse en la playa de dicha porción de terrero, tratando de devorar tortugas, cangrejos, o peces que quedaron varados después de la tormenta que desató en esa área tan desconocida y desprotegida de aquella parte del mar.
Los depredadores empezaron a descender, teniendo un punto en específico para degustar, hasta que de la nada un montón de lava empezó a caer en la arena en la que degustaban sus alimentos, no les quedó remedio mas que alejarse a la brevedad posible, pues sus plumas y alas corrían riesgo de quemarse.
-¡Sí! –se escuchó un vitoreo. –Eso nos deja con más puntos, ya son dos para los gemelos, mientras que Fishlegs no tiene ninguno. –comentó un chico de aproximadamente quince años, quien montaba la cabeza de un Cremallerus verde.
-¡No es justo! –reclamó el regordete vikingo, llamado Fishlegs. –Meatlug y yo le arrojamos lava y ustedes aprovecharon para arrancarles plumas.
-¡Dah!, pero nosotros hicimos que volaran. –corrigió la gemela, también montada en el dragón de dos cabezas, Ruffnut, jugando con las plumas que habían obtenido.
El vikingo del Gronckle se posó en el mástil del viejo galeón del que habían ahuyentado a las aves de rapiña.
-No es justo. –se cruzó de brazos, molesto, ya los conocía, siempre era lo mismo.
-Nada es justo en esta vida, mi estimado Fishlegs, por eso estamos aquí. –concluyó el gemelo mientras contaba las aves que se iban volando.
El vikingo ya no se quejó, miró a las aves y detectó que se pondrían en otro punto. Quizá podría ir y empatar. Desde que habían escapado de sus antiguos males, todo iba bien en sus vidas. Le agradaba que sus preocupaciones no fueran más que romper rachas de competencias de comida, lava o como en este caso, ahuyento de aves de rapiña.
-Da igual, ya tenemos las plumas, debemos regresar a las cabañas para... -el regordete vikingo se levantó el casco con alas de gronckle, prestó atención en una gran manta negra que había en el bote, pues era de un material que no le era familiar, si su intuición no fallaba, eso eran escamas de dragón.
-¡Qué raro! –se acercó a su compañera para identificar lo que había.
-¿Es algo asqueroso? –preguntó Ruffnut, la gemela rubia, entusiasmada mientras se acercaba.
-Si es algo asqueroso queremos ver. –concordó el gemelo, levantando la mano.
Fishlegs ignoró de momento, pero en cuanto removió lo que había allí dio un grito ahogado. Era imposible lo que sus ojos veían. Solo rumores habían sido escuchados, incluso los llegó a calificar como ilusiones, pero ahora parecían verdad.
-¡Es un dragón!
Los hermanos se bajaron de su compañero reptil e inspeccionaron.
-Nunca había visto a este dragón. –comentó el rubio mientras colocaba sus manos encima del reptil para examinarlo.
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El jefe vikingo
FanfictionNació para ser un jefe pero la envidia y la amargura de su propio tío le impusieron otro destino. Escapar fue la solución, pero ahora debe luchar contra su pasado con tal de tener la esperanza de un mejor futuro para él y para los suyos. "El pasado...