19.La reconstrucción.

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Capítulo 19: La reconstrucción.

"A veces sólo un verdadero amigo
sabe a qué nos referimos
cuando intentamos hablar.
Alguien que ha pasado mucho tiempo con nosotros,
que escucha atentamente
lo que intentamos decir
y trata de comprender".
Cómo engañar a la maldición de un dragón. -Cressida Cowell

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El amanecer trajo consigo algo nuevo y distante: la esperanza. Había paz, tranquilidad y sobretodo una calma que la ausencia del miedo y la desesperación trajeron.

Un día anterior había sido el reclamo del trono. Los dragones fueron liberados al igual que los miembros de la resistencia que seguían en la prisión.
Los heridos fueron prioridad, así como alimentar a todos los necesitados o quienes tenían sus hogares destruidos.

Los restos de Drago simplemente fueron arrojados al mar sin darle importancia. Ni un funeral, ni un sepulcro. Aunque fuera miembro de la familia real no debía merecer trato alguno del que nadie extrañó.
Además los propios cazadores habían eliminado todo rastro de vida en él.

El castillo vikingo volvió a abrir sus puertas, de igual forma el Gran Salón, allí se les dio asilo, comida y abrigo a todos los miembros de Berk, en especial a los que estaban enfermos. Los suministros de los cazadores daban abasto para al menos un par de semanas. Fue una sorpresa para todos que hubieran esos insumos.

Las comisiones se delegaron rápidamente, no hicieron falta voluntarios ni servicio de nadie. Todos cooperaron a la perfección sin pedir nada a cambio.

Mientras las heridas de la guerra se atendían por las curanderas, se ingresaban a prisión a los pocos cazadores que seguían vivos y el asilo necesario para los damnificados, Hiccup y el concejo de Berk (lo que quedaba de él) estaban en sesión en una de las salas de junta al fin, después de un par de días podían reunirse y hablar de los pormenores del nuevo reinado.

Sólo lo quedaba del concejo y los pocos nobles tuvieron la oportunidad de ser testigos de los acuerdos inmediatos para la isla.
Ingresaron solemnemente a la sala del trono, donde pusieron una mesa improvisada y las sillas para cada uno.
Tomaron asiento y al entrar Hiccup seguido de Toothless, Gobber y su madre Valka todos los presentes se enderezaron de pie y realizaron una reverencia en cuanto el jefe caminaba frente a ellos.
Hiccup claramente abochornado y asustado por el respeto que ahora todos le daban como jefe, se dedicó a observar a todos. Recordándolos y admirando su esfuerzo. Era el concejo que su padre había elegido, al menos eso no cambió para Drago.

Carraspeó la garganta. -Gracias, pueden tomar asiento.

Obedecieron todos. En realidad, solo los súbditos debían seguir órdenes directas, a excepción de Astrid y Dagur que eran jefes también, pero en calidad de refugiados, mostraron respeto, pues a pesar de nacer en otra tierra, su sangre tenía antecedentes berkianos.

-La junta de Berk entra en sesión. –dijo Gobber, orgulloso de presidir tal reunión importante, dando un martillazo en la madera fría. –Tomaremos lista. -Tras levantar la mirada a la hoja del manifiesto nombró uno a uno de los que debían estar. -Clan Jorgenson.

-Presente. –musitó Snotlout porque su padre no podía hablar, pues había sido golpeado en la quijada y estaba bastante lastimado.

-Clan Valquirson.

-Presente, lo que queda de él. –expresó una temerosa voz, el hijo mayor de dicha familia que ahora sólo tendría dos miembros, ambos hermanos jóvenes. Era de los más leales a la corona de Stoick, por eso habían sido nombrados duques, pero Drago les quitó todo título nobiliario.

El jefe vikingoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora